El Atlético atraviesa una fase crítica de la temporada, marcada por la falta de resultados y la necesidad urgente de una reestructuración en su plantilla. En este contexto, hay un jugador que ha perdido el protagonismo en el esquema de Simeone y que parece estar en la cuerda floja: Reinildo. Con la reciente serie de lesiones de Lenglet, Le Normand y Azpilicueta, uno esperaría que el defensa mozambiqueño se consolidara en la alineación titular, pero la realidad ha sido bien diferente.
Falto de confianza
En el último encuentro del Atlético contra el Lille, Reinildo tuvo que conformarse con un papel de suplente. Entró al campo en el minuto 77, cuando el equipo buscaba desesperadamente una remontada, pero su aporte fue mínimo. Los dos centros que realizó fueron imprecisos y se fueron directamente fuera del campo, lo que refleja una falta de confianza en su juego. Esto no ha pasado desapercibido para Simeone, quien ha mostrado preferencia por Javi Galán, un jugador que a base de constancia se ha ganado un puesto como titular.
Reinildo, que acaba contrato en 2025, no ha logrado justificar su continuidad en el club. A pesar de ser un jugador que llegó al Atlético con grandes expectativas y que ha demostrado su valía en ocasiones anteriores, su rendimiento ha disminuido notablemente. El nivel de Galán ha puesto aún más presión sobre él, y el hecho de que no haya conseguido adaptarse al nuevo esquema del equipo.
Sin intención de renovarlo
Desde las oficinas del Atlético de Madrid parece que no hay intención de renovar su contrato, lo que deja a Reinildo en una situación complicada. Con el mercado de fichajes acercándose, es probable que el club busque una salida para el defensa mozambiqueño. La dirección deportiva está en constante búsqueda de jugadores que aporten frescura y calidad al equipo, y el rendimiento de Reinildo no ha sido suficiente para convencer a la directiva.
La presión sobre el jugador crece a medida que el Atlético de Madrid busca mejorar su situación en LaLiga y en competiciones europeas. Si continúa con este nivel de rendimiento, es probable que se le busque una salida en la próxima ventana de transferencias. Con el paso del tiempo, la incertidumbre sobre su futuro se hace más palpable y su continuidad en el equipo se convierte en una cuestión de horas.