En el Atlético de Madrid todo parecía ya decidido en cuanto a incorporaciones. La llegada de Giacomo Raspadori cerraba un mercado veraniego en el que se han invertido alrededor de 175 millones de euros. Enrique Cerezo, durante la presentación en el auditorio del Riyadh Air Metropolitano, fue claro al respecto.
El presidente rojiblanco aseguró que la plantilla está completa y que no habrá más refuerzos. La ilusión generada por la inversión realizada y por los nombres que han aterrizado en el club marcaba un cierre redondo. Sin embargo, en el fútbol siempre aparecen oportunidades inesperadas.

El Atlético, atento al mercado
Entre esas oportunidades se encuentra Nico Jackson, delantero senegalés del Chelsea. Con apenas 24 años, su situación en Londres ha cambiado con las incorporaciones de Liam Delap y Joao Pedro. El jugador africano, que llegó procedente del Villarreal en 2023 por unos 37 millones, se ha visto relegado a la tercera opción en el ataque de Enzo Maresca.
En Inglaterra aseguran que el Chelsea busca una salida para el africano. Aunque la primera referencia económica que colocaron fue desorbitada, cercana a los 90 o incluso 110 millones, ahora el discurso ha cambiado. Según Mirror Football, lo estarían ofreciendo en torno a los 60 millones de euros.

El Atlético de Madrid figura entre los clubes que han preguntado por él. Junto a los rojiblancos aparecen nombres potentes como Newcastle, Manchester United, Arsenal y Aston Villa. Se trata, por tanto, de una puja que no será nada sencilla de ganar.
Una operación complicada de encajar
El propio Cerezo dejó claro que la plantilla está cerrada, aunque no negó que el club vigila el mercado. La opción de Jackson supone un reto financiero para los colchoneros, teniendo en cuenta la inversión ya realizada este verano. Edu Burgos, periodista de As, ha señalado que el Atlético ha sondeado la posibilidad.
En la Juventus, donde también estuvo en agenda, ya se han retirado tras el fichaje de Jonathan David. Esto reduce la competencia italiana, pero no la inglesa. Los clubes de la Premier tienen mayor capacidad económica para llegar a las cifras que maneja el Chelsea.
El jugador tiene contrato hasta 2033, lo que complica aún más el escenario. El Chelsea no aceptará perder dinero con su venta, y buscará recuperar o incluso mejorar la inversión. Mientras, el Atlético medita si realmente puede lanzarse a por una operación que pondría a prueba sus límites económicos.