El Atlético de Madrid sigue soñando con LaLiga y, aunque el camino no es sencillo, su nueva estrella mantiene la fe. Julián Alvarez, autor del tercer gol en la contundente victoria por 3-0 ante el Rayo Vallecano, volvió a ser protagonista dentro y fuera del campo.
Cerca de la treintena
El delantero argentino, que ya suma 27 goles en la temporada, habló tras el partido sobre su momento personal. Sin rodeos, dejó clara su visión: “Sabemos que no es fácil, que quedan muchos partidos duros. Que estamos con gran diferencia de puntos, deberían perder muchos puntos. Pensamos en nosotros”.

Ese “pensamos en nosotros” resume bien el enfoque de Julián Alvarez desde su llegada al Atlético de Madrid. El ex de River Plate no se deja arrastrar por los discursos externos ni por las comparaciones. En su primera temporada, ha superado todas las expectativas, incluso las más optimistas. Ha sido decisivo en los momentos clave y se ha ganado un lugar fijo en el once de Simeone.
Centrado en lo que queda
“Contento en lo personal. Intento mejorar cada día. No me fijo en las estadísticas, sino en tratar de ser mejor y ayudar al equipo”, declaró con humildad tras el partido, en declaraciones a DAZN. Aunque muchos creían que necesitaría adaptación, el argentino ha callado bocas con goles, actitud y trabajo incansable.
Preguntado por los altibajos del equipo, como el contraste entre este partido y el disputado ante Las Palmas, el delantero fue claro: “Son cosas que pasan. Tenemos que seguir trabajando para terminar de la mejor manera”. Su madurez no sorprende a quienes le conocen, pero sí a parte de la afición que lo veía como un complemento.
Un título liguero muy lejano
El Atlético de Madrid sabe que la pelea por el título no depende solo de ellos. El rendimiento de los rivales será clave y, como bien apuntó Julián, necesitarían tropiezos importantes para meterse de lleno. Pero mientras haya puntos en juego, los del Metropolitano no bajarán los brazos.

Con el argentino como estandarte, la afición rojiblanca está ilusionada con el futuro. Porque más allá de los números, Julián transmite una energía que contagia. Su compromiso con el proyecto del Atlético de Madrid es evidente, y aunque el título parezca lejano, su mensaje es claro: aquí nadie se rinde.