El Atlético de Madrid llevaba meses vigilando a Gyokeres, sabiendo que este verano sería clave para dar un salto de calidad en la delantera. Sin embargo, las cifras del fichaje del sueco por el Arsenal han dejado atónitos incluso a los directivos más ambiciosos del Metropolitano. El club inglés ha tirado la casa por la ventana y eso ha sido suficiente para cerrar una operación que parecía abierta a más competencia.
Un salario muy elevado
La cifra que ha convencido a Gyokeres de vestir la camiseta del Arsenal ronda los 8,5 millones de euros anuales. Una cantidad que, según fuentes inglesas, lo sitúa directamente en el grupo de jugadores mejor pagados del club. Estará al nivel salarial de referentes como Bukayo Saka, Martin Ødegaard o Declan Rice. Para el Atlético de Madrid, simplemente era inasumible entrar en esa guerra económica.
Andrea Berta, antiguo hombre fuerte en la dirección deportiva rojiblanca, ahora trabaja en el club londinense y ha sido clave en la operación. Fue él quien dio el impulso definitivo para que el Arsenal apostara fuerte por Gyokeres, lanzando una ofensiva que incluyó tanto un salario descomunal como un traspaso cercano a 80 millones. Aunque la cláusula del delantero en el Sporting de Portugal es de 100 millones, el conjunto lisboeta aceptará esa cantidad.
Fichajes ya descartado en el club
En el Atlético de Madrid ya se daba por hecho que fichar a Gyokeres sería muy complicado. Pero lo que ha sorprendido no ha sido solo el montante del traspaso, sino sobre todo el salario comprometido. Los 8,5 millones por temporada superan ampliamente el techo salarial actual del club rojiblanco, y eso ha terminado de sacarles de la carrera.
El delantero sueco, autor de 52 goles esta temporada, era una prioridad para varios grandes de Europa. Pero el Arsenal, necesitado de un '9' puro, ha reaccionado con rapidez y contundencia. En el Atlético de Madrid sabían que se trataba de una operación complicada, pero la magnitud de las cifras ha generado incredulidad. No solo por lo que deja escapar el club, sino por la distancia que aún separa a la entidad madrileña de estos gigantes económicos.