La RFEF se ha vuelto a superar, cuando muchos pensaban que lo habían visto todo, lo ha vuelto a conseguir. El ente federativo, fiel a su estilo, ha hecho bueno aquello de “que todo cambie mientras que nada cambie”. A pesar del cambio de presidente, no se aprecia que, en cuanto a fútbol femenino se refiere, hayan cambiado las cosas, y es una pena.
Antes de meternos en harina, en primer lugar, hay que hablar del anuncio, a apenas un mes, de la Supercopa de España femenina. Un torneo que, una vez más, se llevará a cabo en Butarque, y se emitirá en La 2, en horarios, cuanto menos, sospechosos. Escasa promoción, horas muy malas para acudir, desplazamiento difícil para los que son fuera de Madrid.
La Supercopa de España, una nueva polémica y vergüenza para la RFEF
Si a eso, se le añade la escasa promoción que ha recibido en los últimos años, se culmina un caldo de cultivo que estalló ayer. Muchos no nos podíamos creer, no dábamos crédito a las declaraciones de Rafael Louzán. En la final de la Supercopa masculina, disputada en Arabia Saudí, un país cuyo respeto por los derechos humanos es escaso, abochornó al fútbol femenino.
“Estamos trabajando en que quieren desarrollar mucho el fútbol femenino y por qué no una Supercopa española femenina en Arabia, no puedo avanzar nada pero por qué no". Lo que no sabe el señor Louzán, entre otras cosas, al parecer, es el trato que se les da a las mujeres. No es que sea un país caracterizado por el respeto al género femenino, pero no le voy a explicar aquí eso.
Lo que no se termina de entender es que, si en España apenas se le da promoción y visibilidad, qué busca llevándosela a Arabia. Aparte del dinero, claro, que eso, al parecer, es más importante que apoyar a sus futbolistas o a los aficionados del Mallorca. Por no hablar del trato vejatorio y de las barbaridades que tuvieron que sufrir mujeres, sí, mujeres, señor Louzán.
La RFEF y un nuevo escándalo
Por cierto, todavía se sigue esperando, al menos, un comunicado, para condenar todo lo que se vivió en la Supercopa. Hostilidad, acoso, tocamientos, fotos sin consentimiento. Estas son algunas de las cosas que tuvieron que vivir las familias del Mallorca, algo bochornoso y que debería hacer pensar.
Por no hablar, tal y como denunciaban los propios familiares, de que no había personal de la RFEF para apoyarles en este asunto. En una competición diseñada para que lleguen a la final los dos grandes, al menos, que los demás no tengan que padecer estas cosas. Se echa mucho de menos un postulado institucional fuerte y sin fisuras para apoyar a todo el fútbol español.
La Supercopa de España Femenina y una nueva vergüenza de la RFEF
No va a suceder, ya que, al menos, Louzán reconoce que, si se acude a Arabia, es por una cuestión meramente económica. Sin embargo, un servidor piensa que no todo vale, o, al menos, no debería valer, ya que es un auténtico bochorno. La ‘sugerencia’ de llevarse la Supercopa de España femenina allí no debería producirse, es una idea que ni siquiera debería llevarse a cabo.
Además, las futbolistas, que tienen voz propia y personalidad, a pesar de lo que piensan algunos, tendrán que dar su opinión. Ya lo dieron muchas, como Maitane, ex del Atlético, cuando se le pidió a la FIFA que rompiera con Aramco. Ahora, esta es una gran oportunidad para que ellas den un paso hacia delante y se planten ante una tropelía intolerable.