La última jornada en el Metropolitano dejó más ruido del esperado. La despedida improvisada de Ángel Correa tras el triunfo del Atlético de Madrid ante el Betis ha provocado reacciones de todo tipo. Sin embargo, pocas tan contundentes como la de Rubén Uría, periodista especializado en la actualidad colchonera, quien no se mordió la lengua en su canal de Twitch.
La autodespedida
Uría analizó lo ocurrido con el atacante argentino, que al término del encuentro pareció despedirse del estadio y la afición, a pesar de no haber confirmación oficial sobre su salida. Horas después, el propio Atlético emitió un comunicado aclarando que Correa tiene contrato hasta 2026 y que no hay ninguna oferta firme por él. Además, comentaron que tampoco hay acuerdo cerrado con ningún club, pese a los rumores que lo sitúan cerca de Tigres de México.
“Yo os comentaba hace días que no había nada cerrado. Ayer, cuando vi su despedida, me quedé alucinado”, señaló Uría. El periodista reconoció que incluso recibió críticas por dudar del adiós del argentino, pero insistió en que la “autodespedida” no tenía justificación. Esto, sobre todo cuando el club no tenía previsto ningún homenaje oficial porque no hay traspaso confirmado.
Un tira y afloja
Para Uría, la actitud de Correa ha sido un error. “El club no es una ONG. El Atleti tiene que cobrar lo que considera justo y, además, necesita tiempo para fichar un sustituto de garantías”, explicó. Subrayó que no es lógico montar una despedida sin que exista un acuerdo y que este tipo de movimientos generan presión innecesaria sobre la directiva.
En sus palabras, el veterano comunicador definió la situación como una “guerra fría” entre el jugador y la entidad rojiblanca. Según su análisis, estamos ante un tira y afloja típico de muchas negociaciones, pero que se ha salido del guion por la iniciativa personal del propio Correa. El argentino parece tener claro su deseo de salir tras nueve temporadas defendiendo los colores rojiblancos.
El Atlético de Madrid, firme en su postura, no aceptará una oferta a la baja. Desde el club mantienen calma y recuerdan que la última palabra es suya, ya que el jugador tiene vínculo hasta 2026 y su cláusula de rescisión sigue vigente.