El Atlético de Madrid ha llegado a un punto de inflexión en su participación en el Mundial de Clubes. Pese a la victoria ante el Seattle Sounders, el equipo ha dejado en evidencia una necesidad clara: falta calidad en el último pase y creatividad en el juego. Dos partidos han bastado para confirmar lo que Simeone ya intuía desde hace meses. Y por eso, el fichaje de Álex Baena ya no puede esperar más.
Falta de calidad
El técnico argentino ha sido paciente, consciente de los tiempos del mercado. Pero la falta de alternativas en el centro del campo ha terminado por colmar su paciencia. En partidos donde se exige algo distinto, un jugador capaz de romper líneas con un pase o una arrancada, el Atlético no ha tenido respuesta. Y ahí es donde entra Baena.

Baena, actual jugador del Villarreal, es una de las piezas más deseadas por Simeone. El futbolista andaluz ha cuajado una gran temporada y su talento encajaría a la perfección en la idea del Cholo. Puede actuar como interior ofensivo, media punta o incluso escorado a banda, pero siempre con la cabeza levantada y el balón cosido al pie.
Muy cerca de cerrarse
En el club rojiblanco no niegan el interés, aunque las negociaciones han sido complejas. El Villarreal no tenía prisa en vender y ha preferido asegurarse antes un sustituto. Ahora que han cerrado el fichaje de Moleiro, todo apunta a que el camino queda despejado para el traspaso. El precio rondará los 45 millones de euros, una cifra que el Atlético está dispuesto a asumir si no hay más dilaciones.
Desde el entorno del jugador también hay predisposición total. Baena quiere jugar en el Atlético de Madrid y ha manifestado su deseo de ponerse a las órdenes de Simeone. Su incorporación puede ser decisiva para lo que resta de competición internacional y, sobre todo, para iniciar con garantías el próximo curso.
La dirección deportiva ya trabaja para cerrar todos los flecos. El Atlético sabe que no puede permitirse otra temporada con carencias tan marcadas en la creación de juego. La presión del técnico y la oportunidad del momento han acelerado los movimientos. Todo indica que el acuerdo puede hacerse oficial en cuestión de días.