La Dirección General de Tráfico (DGT) trabaja constantemente en la mejora de la seguridad vial. Con el objetivo de reducir los accidentes de tráfico y la mortalidad, las carreteras han ido incorporando diferentes herramientas para castigar los comportamientos que pongan en peligro al resto de conductores.
Muchos siniestros se producen a causa de un exceso de velocidad. Por eso, la DGT ha decidido instalar 90 nuevos radares en vías interurbanas, y la mayoría serán móviles de ubicación. Estos se colocarán en puntos donde haya obras, y contarán con una particularidad distintiva.
¿Cómo serán los nuevos radares que introducirá la DGT?
Habrá radares de tramo, que son los que miden la velocidad en una zona concreta de la carretera. Durante ese trayecto, los conductores deben circular por debajo del límite permitido si no quieren recibir sanciones o multas.
Sin embargo, la novedad más importante se encuentra en los radares móviles. Y es que reducirán la velocidad de algunos puntos de las carreteras hasta los 60 km/h, la mitad de la velocidad genérica permitida en autopistas y autovías.
El director general de la DGT, Pere Navarro, no ha dado detalles sobre cuánto tiempo estarán presentes estos radares. Pero ha confirmado que estarán señalizados previamente con un gran cartel para que todos los conductores tengan conocimiento de ello.
La DGT busca concienciar a los conductores
Esta medida busca que los que estén al volante no sobrepasen el límite en los tramos donde haya obras. La carretera no puede estar en sus mejores condiciones, lo que exige una mayor precaución y cautela.
Sin embargo, hay muchos usuarios que no siguen las indicaciones, y la DGT busca acabar con este tipo de actos y garantizar la seguridad en esas zonas.
La DGT ya hizo pruebas con estos radares en 2022. Estuvieron en funcionamiento durante una semana, y los datos reflejan el modus operandi de muchos ciudadanos. Más de 3.400 conductores fueron multados al circular por encima del nuevo límite de velocidad.
La cantidad de las sanciones puede oscilar entre los 100 y los 600 euros. En función de la gravedad de la infracción, el castigo puede implicar la retirada de puntos del carnet de conducir.
Por lo tanto, hay que obedecer a las señalizaciones no solo para evitar multas, sino para proteger a los conductores y a los trabajadores que están haciendo las obras.