La Administración del Seguro Social (SSA) ha dado un giro inesperado a sus políticas. En concreto, el organismo ha tomado nuevas decisiones, que afectan directamente a millones de solicitantes de pensiones. Las medidas llegan en medio de una creciente crisis interna, por una avalancha de solicitudes y una reducción de personal.
El cambio más relevante es la revocación de una controvertida medida antifraude que retrasaba las solicitudes de jubilación. Este componente, que había generado un gran malestar entre los ciudadanos mayores. Ahora, finalmente, ha sido descartado por completo, tan solo unas semanas después de su implementación.

La controversia de la medida antifraude de Elon Musk
Originalmente impulsada por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) bajo la dirección de Elon Musk, la medida había provocado muchas críticas. La política intentaba prevenir el fraude al retrasar tres días las solicitudes de jubilación para poder verificar más a fondo las reclamaciones. Además, se exigía a los beneficiarios usar exclusivamente sus cuentas en línea para realizar las solicitudes.
Dicha decisión excluía a aquellos sin acceso a Internet o que vivían en zonas remotas sin oficinas cercanas. A pesar de los esfuerzos para justificar esta medida, los defensores de las personas mayores y con discapacidades alertaron sobre la carga que supondría.
En pocas semanas, la normativa causó una saturación de llamadas y visitas a las oficinas locales, lo que llevó a la SSA a tener que revisar la medida. Ahora, las solicitudes telefónicas de prestaciones solo se revisarán para detectar fraudes, sin el retraso automático que inicialmente había sido impuesto.

La crisis interna de la SSA
Este giro en la política antifraude se produce en un contexto aún más complicado para la SSA. La agencia enfrenta un retraso masivo de casi 575.000 solicitudes de jubilación, muchas de las cuales han permanecido pendientes durante más de 60 días. Este caos ha sido exacerbado por una significativa reducción de personal, con 7.000 empleados menos, lo que ha generado más presión sobre los trabajadores restantes.
La SSA ha intentado paliar esta crisis mediante un "sprint" para acelerar el procesamiento de las solicitudes. Sin embargo, la medida fue vista por muchos empleados como una respuesta desconectada de la realidad de la agencia. El descontento entre los trabajadores es muy palpable, y muchos sienten que la falta de recursos y apoyo ha empeorado la situación, creando un ambiente de frustración generalizada.
Impacto de las nuevas decisiones
La SSA se enfrenta a una gran presión para encontrar el equilibrio entre proteger el sistema de seguridad social y asegurar que las solicitudes legítimas se procesen rápidamente. Con la eliminación de la medida antifraude que retrasaba las solicitudes, las autoridades esperan poder acelerar el proceso sin sacrificar la seguridad del sistema. Sin embargo, aún queda por ver si esta nueva estrategia será suficiente para abordar el creciente número de solicitudes y el colapso en la atención a los clientes.