El Atlético se adelantó en el Camp Nou con un gol de Torres en la primera parte, y aguantó el chaparrón al que se vio sometido por parte del Barça tras la expulsión rigurosa de El Niño, logrando un resultado que aunque no es favorable, si deja abierta la puerta de la esperanza para el partido de vuelta en el Vicente Calderón.
El día no amaneció apacible por la lluvia incesante que caía sobre la ciudad condal, sin embargo, las precipitaciones fueron desapareciendo según se acercaba la hora del partido. Finalmente la lluvia cesó para dar paso al gran ambiente de las pobladas gradas del Camp Nou repleta de aficionados locales y unos 700 valientes rojiblancos que se aventuraron a viajar para apoyar al equipo. Tras los primeros minutos de tanteo, Messi fue el primero en avisar con un tiro desde la esquina derecha del área que se perdió cerca del palo de Oblak. El Atlético, mientras, se debatía en estirarse en conjunto para aplicar una presión alta sobre los centrales culés, o replegarse en defensa ordenadamente ante las primeras embestidas del rival.
El segundo aviso del Barça llegaría tras una pérdida de Juanfran en banda derecha. Neymar centró al segundo palo, pero Messi no logró dirigir la volea a la portería enviando el balón a las nubes. Mientras tanto, por parte del Atleti pocos riesgos en ataque, con Carrasco como hombre más activo. El tercer aviso del Barça llegó antes del minuto veinte con un remate de cabeza en el punto de penalti que se marchó por poco por encima del larguero. El Atleti se veía obligado a encerrarse en el área por el empuje local, y cuando recuperaba para salir a la contra los metros por recorrer eran demasiados hasta la portería contraria haciendo que llegar al gol pareciera una meta difícil de alcanzar.
Pero entonces, cuando menos se esperaba, el Atlético comenzó a avisar, y no le hizo falta insistir para perforar las redes culés. Griezmann lo intentó desde lejos en un acercamiento, pero su tiro raso se perdió a unos metros del palo. Decíamos que no parecía generar peligro el Atleti, y que la balanza parecía inclinarse por el lado local, pero entonces llegó el gol visitante en una jugada que partió en banda derecha sin demasiado peligro aparente. Fernando Torres enmudeció al Camp Nou con una definición perfecta tras recibir en la frontal una magistral asistencia de Koke. El Niño corrió a la banda para celebrar el gol besándose el escudo de la camiseta. El Atlético se creció con el gol y Griezmann estuvo a punto de marcar el segundo con un remate de volea que no entró en la portería gracias a un gran alarde de reflejos de Ter Stegen, que envió el balón a córner.
El Atlético estaba desarrollando sus mejores minutos en el partido, pero entonces el Torres -que había sido el autor del primer gol del partido- no estuvo listo, y el árbitro decidió que el show rojiblanco se debía terminar expulsando al Niño enseñándole la segunda amarilla de manera muy rigurosa al cometer una falta sobre Busquets. Si bien es verdad que Torres llegó tarde al balón empleándose con demasiado ímpetu en la presión, también es cierto que teniendo una amarilla el colegiado alemán quizás debería haber sido más condescendiente. Para la estadística queda que en los últimos siete enfrentamientos entre Atlético y Barça, los rojiblancos han sufrido cinco expulsiones. Un dato que llama la atención. Que cada cual lo interprete como quiera.
Así las cosas, y con Simeone haciendo aspavientos mientras veía que Torres encaraba el túnel de vestuarios, comenzaba un nuevo partido para los del Cholo, pues ahora deberían aguantar lo que quedaba de la primera y toda la segunda parte con un jugador menos sobre el césped ante el presumible acoso y derribo al que les iba a someter el Barça.
La segunda parte comenzó sin cambios en las filas rojiblancas. Fue el Atleti el primero en acercarse a la portería rival, pero el remate de cabeza de Filipe Luis a pase de Saúl lo desvió Mascherano. Acto seguido el Barça estuvo a punto de empatar con dos ocasiones en menos de cinco minutos. Primero Messi rozó el gol con una chilena espectacular que salió acariciando el palo, y después Neymar con un tiro que se estrelló en el larguero. El acoso blaugrana era total, y Simeone reaccionó decidiendo sacrificar a Carrasco para reforzar el centro del campo con Augusto para intentar sofocar el agobio al que estaban siendo sometidos. Sin embargo, el empuje y el chaparrón azulgrana sobre la portería de Oblak prosiguió con innumerables ocasiones de Messi, Neymar, y compañía, hasta que en el minuto sesenta y dos Luis Suárez empujó a la red un tiro raso de Jordi Alba estableciendo la igualada.
La sustitución de Simeone y el gol del empate del Barça aliviaron algo el asedio, pero Luis Suárez es un depredador de área que no entiende de relajaciones cuando la pelota está sobre el césped. El uruguayo puso por delante a los locales en el setenta y cuatro con un gran remate de cabeza desde el punto del penalti al recibir un buen centro desde la banda derecha. Oblak no pudo hacer nada ante tremendo testarazo. Ante la amenaza de sangría, y con el partido de vuelta del Calderón por jugarse, el Cholo decidió reforzar aún más el sistema defensivo quitando a Griezmann para meter a Thomas y evitar así un resultado más amplio que pudiera finiquitar la eliminatoria en favor del Barça. Simeone quiso arañar unos segundo más al cronómetro sustituyendo a Saúl por Correa en el minuto noventa, y el plan resultó ser suficiente -aunque el árbitro alargó en un minuto el final del partido pese a los 4 que había decretado de tiempo añadido- para llevarse un marcador al partido de vuelta que, si bien no es el resultado ideal, si deja la eliminatoria abierta para lo que pueda suceder en el Vicente Calderón, esperemos eso sí, con un partido de once contra once por el bien del fútbol y el espectáculo.