Diego Godín celebrando un gol

El Atleti dejó vivo al Barça y lo pagó

Sobrevivir es lo que ha hecho el Barça esta temporada frente al Atlético de Madrid

Vivir es ver volver decía Azorín. Sobrevivir es lo que ha hecho el Barça esta temporada frente al Atlético de Madrid. Simeone ha maniatado a los de Luis Enrique en cada duelo en los que se han medido, pero los colchoneros no han podio ganar ni un solo partido. Inexplicable. O no. La delantera azulgrana tiene mucho que ver, eso seguro, pero no todo. El bloqueo colchonero de cara a portería en determinados encuentros es preocupante.

Comenzó el Atleti eléctrico, con dos chispazos de Carrasco y Godín que metieron el miedo en el cuerpo al Barça. Las probaturas de Luis Enrique en defensa no ayudaban a que el equipo culé se sintiera cómodo. A pesar de ello, el Barça aguantó las embestidas colchoneras gracias a un soberbio Ter Stegen. El alemán resolvió todo el peligro que llegó por sus inmediaciones. Y fue mucho. Tanto, que el Atlético de Madrid tuvo ocasiones para adelantarse e irse al descanso con ventaja.

A las dos acciones iniciales le siguió un disparo desde el borde del área de Koke al cuarto de hora. Un minuto más tarde, Umtiti taponó un tiro de Griezmann desde dentro del área. Después el francés se sacó un chut con su pierna derecha desde lejísimos obligando al meta azulgrana a lucirse. El propio Griezmann creó otra buena ocasión en el área pequeña a la media hora de partido. Ocasiones como para que el Atleti se fuera al descanso con ventaja hubo. Para que mentir.

¿Y el Barça? Vivió de las paradas de Ter Stegen y de las arrancadas de Neymar. El brasileño fue el único atacante culé que participó en el juego de equipo. Curiosamente las ocasiones azulgranas fueron de Messi y Piqué. Además hubo un gol anulado al Barça por falta previa de Luis Suárez a Oblak. El uruguayo la protestó, más por vicio que por razones porque falta era. Y clara. El descanso llegó con el Barça mejor, más centrado en el juego y con el Atlético sabedor de que estaba perdonando al rival. Y eso se suele pagar. Ya les pasó en la Copa del Rey.

Gabi contra Messi
Comenzó el Atleti eléctrico, con dos chispazos de Carrasco y Godín que metieron el miedo en el cuerpo al Barça | GTRES

A la vuelta de los vestuarios el partido se presentó más igualado. En cinco minutos hubo una ocasión clara para cada equipo. Al disparo demasiado cruzado de Luis Suárez respondió Griezmann con otro que salvó Ter Stegen. El Atlético atacaba más, pero ya no era el monólogo de la primera mitad. Tampoco había un intercambio de golpes, pero el Barça tenía más presencia en las inmediaciones de Oblak. En unas de ellas, llegó el gol culé. Un balón embarullado pasó por los pies de todos los miembros de la MSN, el último Luis Suárez se sacó un disparo que tras golpear en su defensor quedó muerto dentro del área, Rafinha, inédito hasta entonces, remató de primeras y batió a Oblak, que volvía tras su lesión.

El gol azulgrana amenazaba la moral colchonera, sabedores como eran los atléticos de que el resultado no hacía justicia a lo visto sobre el césped. El recuerdo de la Copa apareció en la mente de la grada como un dejá vù. Simeone, presto, metió a Torres. Emociones contra emociones. Le salió bien. A los dos minutos llegó el empate. Koke sacó un córner y Godín lo remató. Viejas costumbres nunca mueren. El empate dio aire al Atlético. Falta le hacía. Las piernas le pesaban y Mateu le desesperaba. El árbitro más allá de la tendencia inequívoca de sus decisiones, no dejaba jugar cortando continuamente el normal desarrollo del partido. El Atleti lo acusaba. Poco a poco se iba yendo del partido.

El gol de Messi, un calco del de Rafinha dio la puntilla al Atlético de Madrid, que se supo perdido. La falta de gasolina, las decisiones arbitrales y lo vivido frente al Barcelona este curso acabó con su fe. Y con sus opciones ligueras. Quien sabe sí también con la tercera plaza. Vivir para ver.