Días difíciles para el Rayo Vallecano y su afición, tanto en lo deportivo como en lo organizativo. Por un lado el capitán y el entrenador han tenido una discusión debido al mal inicio de la temporada en Segunda División. Por otro lado, los aficionados sufren cómo los gestores del club han abandonado el cuidado del campo de fútbol.
Servicios sin agua ni luz, suciedad y un abandono preocupante. Las instalaciones presentan un estado más que alarmante y los aficionados son los que sufren esta dejadez. Mientras tanto desde el club no se pronuncian y el estado del campo ni siquiera cumple unos mínimos de seguridad.
Un informe técnico ITE y del ayuntamiento de hace cuatro años ya exponía los problemas del recinto. Suciedad acumulada, corrosión, desprendimientos puntuales, fontanería y saneamientos obsoletos, accesibilidad reducida, vías de evacuación con obstáculos, cableado en mal estado…y así numerosos problemas más que aún no se han resuelto. Presa y los suyos hacen oídos sordos.
En un comunicado la plataforma ADRV denuncia el estado de su estadio y el abandono consentido por la junta directiva. Agregan que además, no descartan que están permitiendo la degradación para acabar vender el terreno a especuladores inmobiliarios. Sea como sea, la situación ha llegado casi al límite y desde los altos mandos del club no pueden permitir que los seguidores ni siquiera puedan ir al baño porque no hay ni agua.
El Rayo Vallecano se ha convertido en uno de los clubes históricos del país. En el estadio de Vallecas han vivido miles de momentos icónicos, como aquel gol de Tamudo en la temporada 2011/12 en el descuento que le dio la permanencia.
Por ese encuentro y muchos más, en el barrio de Madrid se han ganado el derecho a opinar, siendo una de las aficiones más fieles del territorio español. Ahora, piden un estadio en condiciones.
En Vallecas se respira fútbol al 100% y el sueño de ascender a Primera sigue intacto, pero primero, exigen que las instalaciones vuelvan a ser dignas de un histórico de España.