Marcelino García Toral ha cogido la dirección del Villarreal con el objetivo de enderezar el camino de los valencianos. Tras un mal inicio que le ha costado el cargo a Setién y Pacheta, el asturiano ha vuelto, pero con la condición de que también lleguen refuerzos. En sus dos primeros compromisos ha sumado cuatro puntos para la tranquilidad, pero necesita caras nuevas que eleven el nivel competitivo de la plantilla.
Una de las posiciones más complicadas ha sido la portería. Pepe Reina terminó la temporada pasada como titular indiscutible tras la salida de Rulli, pero el club apuesta por el futuro y en este ni ha debutado. Jorgensen está siendo la apuesta, aunque des de la dirección deportiva piensan en Lunin para mejorar el nivel bajo palos.
Hasta ahora Jorgensen ha encajado 26 goles en 15 jornadas, casi dos por partido. Lunin, en cambio, ha disputado seis encuentros y ha dejado la portería a cero en tres. Con 24 años quiere jugar, y tras cuatro temporadas a la sombra de Courtois y Kepa, ve que su oportunidad no llegará y prefiere ganarse el sitio en otro lado.
Lunin quiere minutos
Lunin acaba contrato en 2024, y si el Real Madrid quiere ver algo de dinero por él tendrá que negociar en invierno. Su cláusula es de 10 millones y el Villarreal estaría dispuesto a pagar una cantidad elevada para hacerse con sus servicios. Marcelino García Toral le ve como una garantía y su corta edad hace que sea una apuesta de presente, pero también a largo plazo.
El portero ucraniano aterrizó en Europa de la mano del Real Madrid en 2018, y se ganó un sitio en el primer equipo en 2020. Una gran temporada con el Oviedo en Segunda le catapultó a la elite, aunque su experiencia en Primera se reduce a unos pocos partidos con el Leganés y los blancos. Sus buenas condiciones hacen pensar que en otro conjunto podría ser un portero importante, y por eso Lunin tiene ganas de dar el salto.
Lunin siempre ha mantenido que quiere triunfar en el Real Madrid, pero viendo la exigencia del conjunto blanco ve que el mejor camino es salir y demostrar. Estar en la primera plantilla es un regalo envenenado porque a pesar de estar, nunca puede demostrar que merece un sitio en el once. Y si lo hace, siempre hay alguien con más galones por delante.
El incidente con Ancelotti
Lunin, además, no ve que Ancelotti confíe en él. Durante la ausencia de Kepa completó buenas actuaciones, pero a la que ha vuelto el vasco ha dejado de jugar. El mismo entrenador dejó claro que quién era el titular y daría alternativas a pesar de demostrar nivel para competir con él.
Como ya ha pasado con otros futbolistas, Lunin debe demostrar lejos del Santiago Bernabéu si quiere ganarse la oportunidad de volver con galones. No es ni el primer ni el último, y un buen ejemplo es Joselu, que tras una década trabajando duro en muchos equipos ha regresado como '9' titular.