Encapuchado en un partido de fútbol

El mapa de los ultras en un avispero neonazi llamado Eurocopa

Los ultras hacen temer a la organización

Tras los sucesos de Marsella, Europa ha redescubierto al ultra ruso. Sin embargo, el cuadro estaría incompleto hablando solo de ellos. Un campeonato con 24 selecciones ha llevado hasta Francia a un buen puñado de extremistas con demasiadas cuentas pendientes entre ellos. O con todo diferente, en general.

Precisamente, el día siguiente todo el foco mediático estaba volcado sobre la violencia rusa de Marsella. Quizá por eso pasó tan desapercibida la presencia nada disimulada de la extrema derecha alemana en Lille, ciudad del norte de Francia donde la Mannschaft jugaba en aquella jornada contra Ucrania.

HoGeSa (Hooligans Contra el Salafismo) es una especie de versión futbolera de PEGIDA, la organización ultraderechista que quiere convertir al Islam en la mayor amenaza de Europa. HoGeSa capta y moviliza a jóvenes ultras de fútbol en torno a ideas xenófobas en Alemania.

Aunque HoGeSa no ha hecho llamamiento para Eurocopa a través de sus redes, la aparición de saludos brazo en alto, cruces de hierro e incluso una bandera del imperio prusiano relacionan directamente a personas de su entorno con las imágenes de Lille.

Para Roger Suso, periodista especializado en neonazismo alemán, hay identificados al menos ultras de equipos como el Dynamo de Dresde, Lokomotiv de Leipzig, Chemnitz y Borussia Dortmund. 18 hooligans procedentes de Dresde ya fueron arrestados en la frontera francoalemana días antes de la Euro.

Pelota en posición de córner en estadio de fútbol con fondo de la grada difuminado
Los ultras pueden causar problemas en la Eurocopa | Getty Images

Su siguiente partido en Saint-Denis contra Polonia tiene demasiadas connotaciones históricas. Algunos miembros de grupos ultras polacos conocidos por su agresividad en la defensa del nacionalismo y el antisemitismo podrían estar presentes ese día.

Polonia es considerada, junto a Rusia y Serbia, uno de los focos de violencia ultra del este de Europa y ya hemos podido ver algunos de los preparativos para el torneo de ultras como Wisla Skawina, de Cracovia. La misma fuente — Footbalski— habla de una pelea pactada entre rusos y polacos en la frontera francesa, justo antes de la Eurocopa.

Grupos violentos, como los del Wisla o los del Widzew Lodz, comparten con la extrema derecha alemana la repulsa hacia las ideologías de izquierdas. Eso último se debe a lo que la derecha polaca considera el yugo soviético durante medio siglo en el país. Algunos hitos históricos todavía recordados son la matanza de Katyn, bosque donde se estima que el Ejército Rojo fusiló a 22.000 personas, o la masacre de Volinia, donde fuerzas ucranianas acabaron con 80.000 polacos.

En efecto, Polonia-Ucrania es otro de los platos fuertes de esta Eurocopa. Será el encuentro de la última jornada del grupo en Marsella. De momento, los ultras ucranianos no han sido protagonistas, pero el desplazamiento de sus hinchas podría incluir radicales muy politizados, como los de Metalurg, Dnipro, CSKA de Kiev o Dinamo de Kiev. Entre las filas de estos últimos suele haber veteranos de la guerra ruso-ucraniana en el Batallón Azov o los partidos neofascistas Svoboda o Pravy Sektor.

Algunos jugadores, como el delantero titular Roman Zozulya, han llegado a apoyar in situ a las tropas ucranianas en el Donbass.

La peor pesadilla para la UEFA sería un hipotético cruce Ucrania-Rusia en octavos de final. Mientras tanto, ultras de otros países siguen viendo la Euro como un posible escenario de ajuste de cuentas y escaparate mediático.

Es el caso de los eslovacos, a quienes ya hemos visto preparar el viaje a Francia con protectores bucales y porras extensibles, y más concretamente de los Yellow Green Hearts, extremistas del club Zilina, que ya han avisado en su Facebook de que la Eurocopa “es solo una excusa” y de que irán “a la caza del inglés”, refiriéndose al partido que juegan ambas selecciones el 20 de junio en Saint-Etienne.

Balón de fútbol dentro de una red blanca
La Eurocopa puede tener algún que otro inconveniente | Getty Images Pro

Un partido, el Inglaterra-Eslovaquia, que tiene un sangriento precedente. Durante las eliminatorias de la Euro de 2004, dos ingleses acabaron muertos a las puertas de su hotel en Bratislava.

Para Hungría, este será un torneo importante. No se clasificaban para uno desde 1986. Ya hay pruebas de la presencia de ultras húngaros en Burdeos, donde la selección magiar juega su primer partido contra Austria. Algunos de ellos han sido ya retenidos en la frontera italiana, donde la policía les ha requisado alcohol y material pirotécnico.

Antes de su primer partido ya se han podido ver en ruta varios brazos en alto, y al igual que los casos de otros países del este, seguidores de clubes como el Ferencvarós o Ujpest ya han dado sobradas muestras de su ideología de extrema derecha, con homenajes en la grada al criminal de guerra húngaro László Csatáry o un exacerbado odio hacia los gitanos traducido en insultos hacia sus vecinos rumanos. Una de sus cartas de presentación ha sido también una bandera austriaca en la que se mofan de ese país de manera homófoba.

Precisamente, ultras húngaros podrían haber anunciado su intención de atacar a los rumanos coincidiendo con el Rumanía-Albania del 19 de junio en Lyon. En el caso de los ultras rumanos, los hechos nos dejan de momento una pelea interna entre ultras pertenecientes a Sud Steaua, del Steaua de Bucarest y sus rivales de Peluza Catalin Hildan del Dinamo, con un balance de 9 detenidos en París.

En una situación muy particular dentro de todo este magma geopolítico-futbolero se encuentra la afición de Albania. Si bien el equipo y la mayoría de los seguidores están disfrutando de una cita histórica, existe sobre ellos una sombra que podríamos denominar como amenaza paneslava.

Según nos informan desde Footbalski, ultranacionalistas serbios pertenecientes al grupo Grobari, del Partizan de Belgrado, podrían desembarcar en Francia para practicar la “caza” del albanés en el Francia-Albania jugado en Marsella o bien para unirse a sus aliados tradicionales rusos en una acometida contra los ingleses.

El círculo se cierra. Y Europa abre los ojos a la cara B de cada gol de esta Eurocopa.