El Valencia CF se lleva los tres puntos de la visita del Real Madrid a Mestalla y deja casi sentenciada su permanencia en LaLiga la temporada que viene. Los blancos se vieron superados en varios tramos del partido y sufrieron la eclosión de la nueva perla del Paterna, una de las claves para que los ‘ché’ estén casi salvados a falta de tres jornadas.
Diego López se convirtió en el héroe del partido con su gol, pero el partido se vio empañado con unos incidentes entre la grada y Vinícius. El partido permaneció parado durante 10 minutos y la sacudida blanca del final no pudo con la defensa de Baraja.
El Valencia gana y entre la polémica nace la nueva estrella valencianista, Diego López
El Valencia pilló por sorpresa a un Real Madrid que entró perdido al partido. Durante los primeros minutos, los locales llevaron todo el juego por la parcela blanca y la afición de Mestalla reclamó dos penaltis consecutivos que el colegiado no señaló. Rápidamente, los discípulos de Ancelotti se hicieron con el balón, aunque no conseguían llegar con peligro hasta la portería de Mamardashvili.
La afición valencianista llenó Mestalla esperando que los hombres de Baraja continuaran su buena racha de resultados que le ha alejado del descenso en estas últimas jornadas. Por otro lado, el Real Madrid llegaba después del mazazo de Champions contra el City y pretendía volver a recuperar la segunda posición que les había robado el Atlético de Madrid.
Ninguno de los dos equipos logró monopolizar la pelota y la prueba más clara de ello fue que hasta el minuto 30 el Madrid no consiguió dispar por primera vez. Tan solo dos minutos después, el Valencia pegó el primer y único zarpazo del encuentro por medio de Diego López. Un disparo mordido de Kluivert se envenenó y apareció la perla de la cantera para hacer estallar la grada, empujando el balón a la portería de Courtois.
El Valencia arrasó al Madrid a la salida del descanso
El árbitro pitó el descanso y Ancelotti decidió no esperar a los cambios para dar entrada a Rodrygo por Camavinga. La entrada del brasileño no evitó que los ‘ché’ volviesen a arrasar a los madridistas durante los primeros minutos y Diego López volvió a tener una de las más claras del encuentro en los primeros diez minutos.
Baraja decidió cambiar a la perla de la cantera y a Cavani, quien no pudo generar mucho en ataque, para dar entrada a Samu Lino y reforzar la defensa con Foulquier. Ancelotti vio que el peligro del Valencia llegaba con las contras y trató de calmar el partido dando entrada a la vieja guardia: Kross y Modric.
Javi Guerra se hizo cargo del timón valencianista desde el minuto uno y fue de los más activos en la presión tras pérdida. La entrada de Rodrygo tardó un par de minutos en hacer efecto y durante los últimos 25 minutos de partido se convirtió en la principal amenaza para la portería de Mamardashvili.
Vinícius acabó expulsado tras encararse con la grada y una tangana con Mamardashvili
Una de las acciones más destacadas del partido tuvo como protagonistas a Vinícius y Comert. El central se encontró con un balón en el área mientras el brasileño se internaba en el área y chutó el segundo balón hacia el que portaba el extremo. Tras lo sucedido, Vinícius se encaró con la grada valencianista y no dudó en señalar a los individuos que posiblemente le habían propiciado insultos racistas.
El ambiente se caldeó y el juego se paró durante nueve minutos. Finalmente, la jugada acabó con un libre indirecto para los blancos y un disparo que salió por encima del travesaño. Acto seguido, Vinícius reclamó un penalti que revisó el VAR, pero no sancionó y el frenesí contagió al Valencia que tuvo un disparo muy peligroso en las botas de Kluivert, a quien minutos después le anularon un gol por fuera de juego.
En el tramo final, Valverde la tuvo en el tiempo añadido y Kroos envió un misil a balón parado que Mamardashvili envió a córner. Tras la acción se formó un conato de tangana entre Vinícius y el portero valencianista que acabó con el brasileño expulsado y encarándose en su camino al túnel con todo el banquillo local. Los últimos minutos fueron un auténtico asedio blanco, pero la afición se convirtió en el jugador número 12 para asegurar una victoria que puede ser definitiva para la permanencia.