Hay equipos que durante la era Simeone se le han dado bien. Elche, Rayo Vallecano o Granada, son algunos ejemplos, ganándoles el 83% y el 79% (x2) de los partidos respectivamente. Sin embargo, en el otro lado de la moneda está el Girona al cual solo ha podido ganarle 4 partidos de 10.
El Girona: siempre incómodos
Tras su primer ascenso, el Girona de Pablo Machín se erigió como un equipo difícil de batir para cualquiera. Fue tan sorprendente su primer año en la máxima competición nacional que llegaron hasta el puesto décimo de la clasificación.
Ya desde la primera jornada, los gironís demostraron que iban a dar guerra. Solo un gol de Jose María Giménez tras una falta botada por Koke pudo anular el doblete de Cristhian Stuani en un partido horroroso de los de Simeone. En este encuentro, Ángel Correa saldría de sustituto para meter un golazo desde fuera del área.
En la vuelta, el partido sería diferente en cuanto a juego pero idéntico en resultado. Un pase por encima de la defensa de Thomas Partey habilitaría a Diego Costa para que este sirviera de cabeza a Antoine Griezmann. 1-0 a la media hora y el partido se antojaba diferente, sin embargo en la segunda parte el Girona se animó al ataque.
Un despeje errado de Koke desde la línea de fondo lo aprovechó Portu para poner la igualada en el marcador. Precisamente, al capitán del Atlético de Madrid tuvo el año pasado otro fallo que le costó un gol al Atlético de Madrid en la derrota 4-3 en Montilivi.
El año del descenso del Girona: más de lo mismo
La temporada siguiente el Girona no pudo mantener la categoría y ni aún así el Atlético consiguió mejorar el histórico contra el equipo catalán. En cuatro partidos, dos de Copa del Rey y dos de Liga, apenas una victoria, tres empates y, peor aún, la eliminación en Copa.
En Liga, el primer partido siguió la línea de los anteriores. Ocasiones para los dos equipos y un grave error de Oblak y otro de Jonas Ramalho para el Girona fueron claves en ambos goles que dieron el 1-1 como resultado. Mientras que la vuelta en el Metropolitano fue un 2-0 plácido para los de Diego Pablo Simeone.
En Copa del Rey la historia fue otra con resultado similar: dos empates con un resultado nefasto para los rojiblancos. En la ida, otra vez dos errores de los porteros: Gorka Iraizoz y Miguel Ángel Moyá fueron clave en los goles. Sin embargo, en la vuelta se consumó el desastre.
Comenzaba el Atlético de Madrid adelantándose con un gol del croata Nikola Kalinic que empataría Valery, en su primer gol con la elástica gironí con el primer equipo. El Girona se ponía por delante con un tanto de Stuani, sospechoso habitual en estos encuentros que volvió a igualar Ángel Correa. La entrada de Antoine Griezmann supuso poner el 3-2 en el marcador con un gol suyo en el 84'.
No obstante, la peculiar bestia negra del Atlético de Madrid se juntó con los habituales descalabros coperos, exceptuando la temporada pasada. Un gol de una leyenda del FIFA, Seydou Doumbia, apeó a los de Simeone de estar en los cuartos de final. Además, lo marcó al más puro estilo del videojuego, en el minuto 88 remachando un tiro defectuoso de Borja García a centro de Pedro Porro.
Y llegaron las victorias
Tras el segundo ascenso del cuadro catalán en 2022, el Atlético ha podido encadenar tres victorias en cuatro partidos. Su única derrota fue el año pasado en Montilivi tras aquel partido loco donde Álvaro Morata metió tres goles. Un golazo surrealista de Ivan Martín dejaría los tres puntos en Montilivi y terminaría por hundir al Atlético en la cuarta posición de la tabla.
Ahora, un Atlético de Madrid renovado, afronta la segunda jornada de Liga con la obligación de ganar al Girona tras el pinchazo en La Cerámica y con dudas aún por resolver. Parece que Clement Lenglet acabará siendo el refuerzo defensivo que necesita el Atlético de Madrid a expensas de otra llegada que ha vaticinado Simeone en rueda de prensa.
Para mas inri, es la vuelta de la afición al Metropolitano tras una temporada agridulce y con sensación de que es el momento de dar un salto más. Las cuatro patas de la mesa a las que Simeone hace tanto hincapié parecen más fuertes que nunca y preparadas para vivir una temporada histórica.