La polémica en torno al partido entre el Atlético de Madrid y el Lille sigue generando ecos en el club rojiblanco. La decisión del árbitro italiano de señalar un penalti en el minuto 74 ha sido objeto de intensos debates y quejas desde el seno del Atlético. Ante esta situación, Gil Marín y su equipo directivo han decidido actuar, presentando una queja formal ante la UEFA para expresar su descontento por lo que consideran un error gravísimo.
La controversia se desató cuando el árbitro, tras un disparo que impactó en el brazo de un jugador del Lille, señaló la infracción como mano. Esta decisión sorprendió a los jugadores del Atlético, quienes argumentan que, en situaciones similares durante el primer tiempo, el árbitro no había señalado una falta en un contacto de Gallagher. Esto ha llevado a la conclusión en el vestuario rojiblanco de que no hubo infracción alguna y que la decisión fue completamente errónea.
Un impacto en el juego
El impacto de este penalti en el desarrollo del partido fue significativo. Con un empate a uno en el marcador y una media hora por delante, el Atlético tenía posibilidades claras de buscar la victoria. Sin embargo, el penalti transformó la dinámica del encuentro y dejó al equipo de Simeone con pocas oportunidades de recuperarse.
Desde las oficinas del club se considera que el uso del VAR en esta jugada fue ineficaz. A pesar de que el sistema de asistencia arbitral debería haber revisado la acción, no hubo una llamada al árbitro para que consultara la jugada en el monitor. Los dirigentes del Atlético consideran que este tipo de decisiones no solo afectan el resultado de un partido, sino que también impactan en la moral y el rendimiento del equipo.
La respuesta de los protagonistas
Tras el partido, las declaraciones de los protagonistas reflejaron la frustración que se siente en el vestuario. Simeone hizo autocrítica sobre la necesidad de mayor contundencia, pero no ocultó su sorpresa ante la decisión arbitral. Oblak expresó su incredulidad: "Es una jugada clave, estábamos en el partido con el empate y fue decisiva". El delantero Julián Alvarez también subrayó la importancia de la jugada, mostrando su desconcierto por lo sucedido.
La decisión de mandar una queja formal a la UEFA es algo que la afición estaba pidiendo y que se concebía como obligatorio. El club rojiblanco ha actuado con rapidez ante lo que es uno de los mayores escándalos de la historia del VAR.