En el Atlético de Madrid lo tienen claro: hay que fichar diferencial para competir de tú a tú con Real Madrid y Barcelona. Carlos Bucero, director deportivo rojiblanco, trabaja ya en el gran objetivo del verano: Ademola Lookman, la estrella de la Atalanta. Su nombre reúne todas las condiciones que busca el club para reforzar la banda izquierda.
Un perfil necesario
El perfil está definido. Un extremo con velocidad, desborde, regate y llegada a gol y Lookman lo tiene todo. En la derecha, el Atlético cuenta con Llorente y Giuliano, pero en la izquierda el nivel ha sido irregular. Samu Lino ha tenido momentos brillantes, pero Simeone necesita un salto de calidad y ahí es donde entra el internacional nigeriano.

Sus cifras impresionan: 18 goles y 7 asistencias esta temporada. En total, suma 50 goles y 24 asistencias en 114 partidos con Atalanta. Fue clave con su hat-trick en la final de Europa League ante el Bayer Leverkusen. Un rendimiento que justifica su alto precio, pero también lo convierte en objetivo de media Europa.
Un precio descabellado
El problema es, precisamente, el precio. La Atalanta no se sienta a negociar por menos de 60 millones de euros, tiene contrato hasta 2027 y clubes como Liverpool, Manchester United o Juventus ya han preguntado. Bucero lo sabe: fichar a Lookman es soñar muy alto. Pero también recuerda que el Atleti ya ha logrado acuerdos con los italianos, como el traspaso de Musso el pasado verano.
Además, las relaciones entre Lookman y Gasperini, su entrenador, no son las mejores. Tampoco el jugador ve con malos ojos un cambio de aires, por lo que laa oportunidad existe, aunque es compleja. No es un fichaje cerrado, pero sí un nombre marcado en rojo en la lista de Simeone. El Atlético de Madrid quiere talento inmediato y Lookman puede ser el revulsivo ofensivo que tanto falta.
El caso recuerda al de Ederson, otro jugador que el Atlético quiso fichar la pasada temporada. También de la Atalanta y también tasado en 60 millones, acabó siendo inasumible. Ahora, el club madrileño vuelve a la carga con otro perfil de primer nivel, aunque con los pies en el suelo.