La rivalidad entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid no se limita solo al terreno de juego; también se extiende a la gestión de sus estadios y eventos. Recientemente, Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, propuso que el Cívitas Metropolitano acogiera los conciertos que no se podrán celebrar en el Santiago Bernabéu. Sin embargo, Enrique Cerezo, presidente del Atlético, ha dado una respuesta clara y contundente: no.
La decisión del Real Madrid de reprogramar sus eventos y conciertos en el Bernabéu se debe a la necesidad de cumplir con la normativa municipal vigente. Según el club merengue, esta acción reafirma su compromiso con la ciudad y el bienestar de los ciudadanos, más allá de lo que algunos podrían considerar "ruido antimadridista". Sin embargo, esta medida dejó varios conciertos, entre ellos los de Aitana y Lola Índigo, en el aire.
Cerezo rechaza al Madrid
Ante esta situación, Florentino no dudó en buscar soluciones y pensó en el estadio del Atlético de Madrid como posible alternativa. Sin embargo, lo que parecía un gesto de buena voluntad se encontró con una negativa rotunda. Cerezo, en respuesta a la propuesta, aseguró que el Atlético no puede albergar eventos extradeportivos hasta el final de la temporada. La razón principal es la preservación del césped del Cívitas Metropolitano, vital para el rendimiento del equipo en los partidos.
Este rechazo por parte de Cerezo no es sorprendente, ya que la rivalidad entre ambos clubes es intensa. Los estadios no solo son recintos deportivos, sino que representan la identidad y la cultura de cada club. Por lo tanto, el Atlético prefiere proteger su césped y su integridad como club.
El Atleti por encima de todo
La respuesta del Atlético refleja una estrategia clara. A lo largo de los años, Cerezo ha defendido el patrimonio del club, y en esta ocasión no ha sido diferente. La decisión de no ceder el estadio para conciertos es una forma de mantener la autonomía del club y reafirmar su independencia frente a su eterno rival. El Cívitas Metropolitano, que ha sido un símbolo de la modernización y el crecimiento del Atlético, no será utilizado para eventos que podrían afectar su principal función: albergar partidos de fútbol.
Este conflicto subraya las tensiones existentes en la ciudad entre ambos equipos. Mientras el Real Madrid busca alternativas para gestionar sus eventos, el Atlético se mantiene firme en su postura. Esto no solo es un reflejo de la rivalidad deportiva, sino también de cómo cada club gestiona su imagen y su relación con la comunidad.