El Atlético de Madrid B, dirigido por Fernando Torres, se prepara para afrontar la segunda mitad de la temporada con un objetivo claro. Buscan consolidarse en los puestos de promoción de ascenso en el grupo 2 de la Primera RFEF. La falta de gol ha sido una de las principales preocupaciones para el equipo, que solo ha anotado 19 tantos en 18 partidos. Sin embargo, una noticia ha encendido las esperanzas del filial rojiblanco: salvo sorpresa, Borja Garcés se unirá al equipo como nuevo refuerzo.
Borja Garcés regresa para sumar en ataque
El delantero melillense, que sufrió una grave lesión en el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha en abril de 2024, lleva varias semanas entrenando con el filial. Su incorporación al equipo no supondrá problemas administrativos, ya que ocupará la ficha dejada por Víctor Mollejo, también lesionado de gravedad. Fernando Torres ha pedido expresamente que Garcés se quede en el equipo, confiando en su experiencia y capacidad para aportar en momentos clave.
Con 110 partidos disputados en Segunda División y 16 goles en su haber, Garcés no es un delantero especialmente goleador, pero sí un jugador versátil y comprometido. Su experiencia en una categoría superior y su conocimiento del club lo convierten en una incorporación estratégica para el filial, que busca aumentar su pegada sin perder equilibrio.
Competencia en la delantera
La llegada de Borja Garcés supone un reto en la gestión del ataque para Fernando Torres. Con Abde, Adrián Niño y Omar Janneh ya en la plantilla, el entrenador tendrá que repartir minutos de forma efectiva. Aunque Abde ha contado con menos protagonismo, Niño y Janneh han sido piezas clave en el esquema ofensivo, acumulando 1.113 y 604 minutos respectivamente.
El regreso de Garcés no solo refuerza la delantera, sino que también permite mayor flexibilidad en la rotación. Esto, especialmente considerando que Janneh ha tenido que alternar entre el Juvenil A y el filial por su participación en la UEFA Youth League.
La meta: el ascenso a Segunda
El Atlético B sueña con dar el salto a la Segunda División, un logro que sería histórico para la Academia rojiblanca. Aunque no se ha marcado como un objetivo obligatorio, hay ilusión en el cuerpo técnico y en los jugadores por conseguir una gesta que impulsaría el desarrollo del club.
La Primera RFEF es una categoría dura, pero los resultados están al alcance. Con el Antequera liderando la tabla y una distancia de solo seis puntos entre el primero y el noveno clasificado, el grupo 2 está más igualado que nunca. La llegada de Garcés podría ser el impulso que necesita el equipo para consolidarse en la pelea por el ascenso.