El Atlético de Madrid ha finalizado el mercado invernal con tres incorporaciones. Han suplido la baja de Grbic con el portero rumano Moldovan, han reforzado el centro del campo con Vermeeren y la defensa con Gabriel Paulista.
La plantilla se ve más reforzada que antes de dicho mercado, aunque al club le hubiera gustado traer un delantero más. De hecho, Moise Kean estuvo en Madrid para firmar con el club rojiblanco, pero no pasó el reconocimiento médico y volvió a la Juventus.
De cara al año que viene, hay dos delanteros que pertenecen al club y está dando gran rendimiento. Uno de ellos es Carlos Martín, en Segunda División y otro es la revelación de Primera División, Samu Omorodion.
La pantera y sus números
Samu Omorodion es un jugador muy llamativo. Pese a que tiene solo 18 años, tiene un físico privilegiado que le hace ser un jugador muy poderoso. A la carrera podemos afirmar que es uno de los delanteros más peligrosos de LaLiga y los defensas siempre tienen que estar muy pendientes de él.
Esta temporada suma ya 8 tantos y una asistencia, además de haber provocado dos penaltis y ser uno de los jugadores de Europa que más ocasiones produce. Es el jugador sub-21 de las cinco grandes ligas que más goles lleva esta temporada.
Ante estos números, cabe recordar que al Atlético de Madrid le costó tan solo 9 millones de euros. Hoy en día su valor de mercado está algo por encima de los 20 millones y a este ritmo acabará la temporada cerca de los 30 "kilos".
Ya mete miedo en Barcelona
Pese a su edad, Samu ha demostrado que no se arruga ente los grandes rivales. El Atlético de Madrid lo ficha tras su gran actuación en el Metropolitano con el Granada, donde metió un gol y dejó muchos detalles interesantes.
En su debut en el estadio del Barcelona también vio puerta y pudo hacerlo en alguna ocasión más si llega a estar acertado. Y ayer, volvió a anotarle un gol a los de Xavi Hernández. Tras un excelente remate de cabeza puso el 1-2 que recortaba distancias en el marcador.
Las esperanzas en el Atleti son muy altas con él, pero hay que ir despacio con un jugador tan sumamente joven.