En el Atlético siempre ha sido un sueño. De hecho, en 2017, lo llegaron a rozar. Se trata de Lautaro Martínez, delantero que siempre ha sonado con fuerza para reforzar el Atleti y que en 2024 quién sabe si puede ser una realidad. Simeone le quiere, Cerezo lo quiere y en la planta noble del Metropolitano están convencidos de que su incorporación es factible.
¿El porqué? Fácil. Las arcas del club están saneadas, pues este verano no se ha acometido ningún fichaje millonario y se han liberado de la ficha más problemática: la de Joao Félix. Además, César Azpilicueta y Caglar Söyüncü, fichajes más mediáticos del Atleti en verano, llegaron gratis procedentes de Chelsea y Leicester. Asimismo, del Atleti se han marchado jugadores cuya ficha era muy importante como Joao Félix, Yannick Carrasco y Matheus Cunha.
Sin Joao Félix, llega el momento Lautaro Martínez
El momento de Lautaro Martínez ha llegado. Su nombre siempre se ha relacionado con los equipos de la capital. Atlético de Madrid y Real Madrid siempre le han seguido la pista al delantero del Inter de Milán. Con capacidad para atacar los espacios, Lautaro Martínez es todo un killer del área.
Lautaro Martínez, objetivo atlético
Su precio rondaría los 80 millones de euros. En el Atleti, pero, están convencidos de que es un fichaje que se puede acometer. Además, creen que ofrecería un rendimiento inmediato, ya que se adaptaría a la perfección a lo que pide Simeone a sus delanteros.
A sus 26 años, Lautaro ha alcanzado su plenitud en el Inter de Milán y podría estar por la labor de cambiar de aires si le llega una buena oferta. Es aquí donde entra el Atlético de Madrid, club al que Lautaro siempre ha visto con buenos ojos.
Lautaro Martínez y su incorporación fallida en 2017
Y es que en 2017, Lautaro ya firmó por el Atlético de Madrid. Cuando el delantero militaba en Racing de Avellaneda, el Atlético de Madrid ya intentó acometer su fichaje. De hecho, estuvieron a punto de cerrarlo. El Inter, pero, se anticipó.
El diciembre de 2017, el Atleti acordó con Racing de Avellaneda que pagarían 12 millones por él y que lo dejarían cedido en Argentina hasta final de temporada. El acuerdo, según su agente, estaba cerrado al "99%".
Al final, pero, el Inter de Milán entró en la operación y lo dinamitó todo. Los italianos ofrecieron más del doble por el jugador —pagaron 25 millones a Racing de Avellaneda— y se llevaron el gato al agua.