En una reciente movida dentro del Atlético de Madrid, Thomas Lemar ha sido apartado de las sesiones de entrenamiento grupales. Esta decisión subraya el deseo del club, bajo la dirección de Gil Marín, de hacer espacio en la plantilla y ajustar la masa salarial.
Thomas Lemar, que llegó al Atlético de Madrid en 2018 con altas expectativas, ha tenido una trayectoria marcada por altibajos. A pesar de algunos momentos destacados, las últimas temporadas han visto al francés luchar por mantener un lugar fijo en el once inicial. Su falta de continuidad y una lesión significativa en el tendón de Aquiles en mayo de 2023 han complicado aún más su situación.
La masa salarial, el mayor problema
La estrategia del Atlético de Madrid es clara: reducir el margen salarial para equilibrar las finanzas del club y hacer espacio para nuevos fichajes. El hecho de que Lemar ahora entrene aparte del grupo refleja que el club está buscando activamente su salida. Aunque los equipos como el Olympique de Marsella y el Olympique de Lyon han mostrado interés en el jugador, las ofertas concretas han sido escasas. La falta de propuestas económicas atractivas obliga al Atlético a considerar la opción de dejar ir a Lemar sin recibir una compensación financiera.
El contexto financiero del Atlético de Madrid es un factor crucial en esta decisión. Con el límite salarial de LaLiga restringiendo las posibilidades de movimiento en el mercado, la necesidad de aligerar la plantilla se vuelve aún más urgente. La salida de Lemar permitirá al club ajustar su masa salarial y facilitar la incorporación de nuevos jugadores que Simeone considera necesarios.
La reciente decisión de entrenar a Lemar de forma individualizada, alejado del grupo, simboliza la nueva etapa que se avecina para el jugador. Esto indica que la relación entre el jugador y el club está en un punto crítico. Mientras Lemar trabaja en solitario, el club continúa buscando un destino adecuado para él, donde pueda recuperar su forma y relanzar su carrera.
Una salida necesaria
La situación de Lemar también plantea un desafío para el Atlético de Madrid, que debe equilibrar sus finanzas mientras mantiene la competitividad del equipo. La salida del jugador, aunque no se traduzca en una ganancia económica, representa una medida estratégica para optimizar la plantilla y preparar el terreno para futuras incorporaciones.
En resumen, el alejamiento de Thomas Lemar del entrenamiento grupal es una señal clara del deseo del Atlético de Madrid de encontrar una salida para el mediocampista. La gestión de Gil Marín se centra en ajustar la masa salarial y preparar al equipo para la próxima temporada. Si el Atlético de Madrid quiere inscribir a Lenglet, deberán de conseguir dar salida al francés.