El Atlético de Madrid está listo para sacudir el mercado de fichajes con una operación de alto voltaje. Miguel Ángel Gil Marín, CEO del club rojiblanco, ha tomado las riendas de una negociación que puede marcar el cierre de la temporada. La dirección deportiva colchonera trabaja en un movimiento estratégico que obligará a desprenderse de un jugador importante para abrir la puerta a un fichaje de impacto en el mercado internacional.
La hoja de ruta está clara, el objetivo es reforzar el ataque con un perfil capaz de desequilibrar, generar peligro en el uno contra uno y aportar llegada al área rival. El problema es que el Atlético no tiene margen en sus plazas de extracomunitario, actualmente, esos cupos están ocupados por Nahuel Molina y Conor Gallagher.

Aquí está el primer gran obstáculo: para fichar, habrá que vender, el argentino cuenta con sondeos desde Italia e Inglaterra, pero su deseo es seguir en el Metropolitano. En el caso del inglés, varios clubes de la Premier League ya han mostrado un interés serio. Gil Marín se ha fijado en Takefusa Kubo, uno de los jugadores que más gustan al Consejero Delegado del Atlético de Madrid.
Abrir mercado en Asia
La llegada del japonés puede ser un golpe maestro por parte de Gil Marín, el consejero delegado lleva tiempo siguiendo al nipón. El Atlético cree que su llegada sería fundamental para crecer en el mercado asiático. La operación, sin embargo, está lejos de ser sencilla, el Real Madrid aún mantiene un 50% de la plusvalía en una futura venta del jugador.
La idea de fortalecer económicamente al eterno rival incómoda en los despachos del Metropolitano, aunque la calidad y el potencial comercial del atacante hacen que la directiva esté dispuesta a meditarlo. Kubo no viene de su mejor temporada, con solo cinco goles y ninguna asistencia, su rendimiento ha estado por debajo de las expectativas. Aun así, el jugador está decidido a exigir a la Real Sociedad un proyecto más ambicioso, capaz de competir por títulos.
Kubo presiona a la Real Sociedad
De no obtener garantías, abrirá la puerta a una salida, el Atlético lo ve como una oportunidad única para reforzar su ataque con un perfil diferencial y mediático. Gil Marín, sabe que cerrar este fichaje significa no solo un salto de calidad en el césped, además mejoraría la imagen del Atlético a nivel mundial y con los patrocinadores.
El movimiento busca convertir al Atlético en un club mucho más atractivo para marcas y patrocinadores en Asia. El plan está trazado: venta importante, liberación de plaza extracomunitaria y asalto final al fichaje que puede convertirse en el gran golpe rojiblanco del año. Un jugador que además necesita un cambio de aires para no estancarse y poder desarrollarse a sus 24 años.