El Atlético de Madrid este año ha dado salida a una cantidad ingente de futbolistas. Hasta quince nombres han ido desfilando hacia la puerta de salida en un cambio de plantilla que no se veía desde la temporada 19/20. Rejuvenecimiento y piernas frescas a un proyecto que necesitaba una mano de pintura para volver a lucir como no hace tanto.
Muchas de las modificaciones en la plantilla vienen de la parte defensiva. Mario Hermoso, Gabriel Paulista, Çağlar Söyüncü y, nuestro protagonista el día de hoy, Stefan Savić, han sido las bajas. El montengrino fichó por el Trabzonspor una vez iniciada la pretemporada con el Atleti, tras una salida un tanto peculiar.
Sin haberlo hecho oficial el club a final de temporada, la sensación desde la grada era de despedida con Stefan Savić. Quizás debió hacerle el club un homenaje más personalizado después de ocho años defendiendo la rojiblanca.
Stefan Savić: protagonista desafortunado
El montenegrino llegó a Turquía con la ilusión de ayudar al Trabzonspor a clasificar para Europa. Para ello debían pasar una ronda previa que jugarían contra el FC St. Gallen 1879, un equipo que quedó cuarto clasificado en la liga suiza.
La ida en Suiza quedó 0-0 y la vuelta en Papara Park, estadio del Trabzonspor, no hacía presagiar lo que finalmente ocurrió. Se adelantaron los suizos en el marcador a la media hora, sin embargo los turcos pusieron el empate en el luminoso al volver del descanso.
El encuentro se avecinaba a una siempre complicada tanda de penaltis a la que todos los atléticos tienen un respeto considerable. Por estadística, los rojiblancos en LALIGA son de los peores equipos que efectividad en los once metros y esta 'maldición' la arrastró Stefan Savić.
Llegaron a los penaltis y los primeros ocho los marcaron ambos equipos, cuatro para cada uno. Llegaba el momento del quinto penalti, el que para muchos está reservado para el mejor tirador del equipo: en este caso sería el montenegrino. Savić cogió carrerilla y nada más pitar el árbitro se aproximó a chutar el balón que daría en el travesaño, para decepción de todos los turcos asistentes al Papara Park.
El ex-defensor del Atlético de Madrid fue víctima de ese punto fatídico que lleva por la calle de la amargura a tantos futbolistas y ha hecho famoso a tantos otros. Con las manos en la cabeza, volvía el camino recorrido hacia el centro del campo, sabedor de que había sido, en parte, responsable de la eliminación del Trabzonspor. El último clavo sobre el ataúd fue el quinto penalti marcado por los suizos que certificaba el desastre del equipo turco.