La defensa del Atlético de Madrid está dejando mucho que desear esta temporada. Ya no es el Atleti ese equipo rocoso con el que tenías que sudar a mares para anotarle un gol y sin duda hay varios señalados.
Podríamos hablar de Giménez y su poca continuidad por las lesiones. De Savic y su manera de autoexpulsarse, además de su bajo nivel o de la irregularidad de Hermoso, pero el más preocupante es Nahuel Molina.
El campeón del mundo ha perdido a día de hoy el puesto como titular ante un jugador como Llorente que la de carrilero no es su posición natural.
El futbolista no está cumpliendo las expectativas
Nahuel llegó la temporada pasada tras ser el defensa con más contribuciones de gol de toda Europa. El argentino venía con cartel de jugador top, pero le costó adaptarse al fútbol español.
Tras ganar la Copa del Mundo su situación cambió. Comenzó a ser ese jugador que Simeone había fichado del Udinese. Intenso en defensa y aportando casi como los delanteros en ataque.
Ese nivel lo mantuvo durante la segunda vuelta de la temporada pasada, pero este año su rendimiento está siendo muy preocupante. El defensa argentino no está rindiendo ni en defensa ni en ataque y eso preocupa mucho a la directiva del club.
Nahuel ha salido señalado después de varios partidos por su bajo nivel. Con el balón falla una cantidad de pases enorme y no está siendo capaz de defender su banda enseguida que el equipo rival vuelca un poco el juego por allí.
En enero el club tendrá que decidir
A día de hoy se ve como un tremendo error el no haber fichado a Arnau Martínez en verano. Azpilicueta no rinde bien en el puesto de carrilero y Simeone se está viendo obligado a reciclar a Marcos Llorente a esa posición.
La directiva no descarta incluso una posible salida de Nahuel si llegase una oferta interesante por él. El cuerpo técnico sigue teniendo confianza en el campeón del mundo, pero la paciencia de Gil Marín se va agotando.
Molina es el primero que sabe que su nivel actual no es el requerido para un club como el Atlético de Madrid. De los últimos 11 partidos solo ha jugado los 90 minutos en tres de ellos.
Por el bien del club, esperemos que Molina revierta esta situación y sobre todo, que encuentre la regularidad necesaria para el fútbol de élite.