El Atlético de Madrid salió al campo, tal y como merecía el partido ante el Inter de Milán. El equipo rojiblanco fue a buscar una presión alta, queriendo aprovechar un posible error de la zaga rival. Los italianos le dieron totalmente la posesión al Atlético, simplemente buscando robar el balón y aprovechar su velocidad en ataque.
Samu Lino tuvo la primera gran ocasión del partido, marchándose de su marcador y realizando un gran disparo raso a la portería italiana. El Inter de Milán tenía muchos problemas para poder mantener el balón en sus botas, perdiendo la posesión rápidamente. Sin embargo, los robos eran su mejor arma, aprovechando uno de ellos para que Dumfries casi batiese la portería de Jan Oblak.
El partido estaba igualado, con un Atlético que dominaba la posesión y un Inter de Milán que únicamente buscaba el error de cualquier jugador rojiblanco. Morata tuvo un grandísimo cabezazo dentro del área, pero el balón fue demasiado blando para la portería de Sommer. En una de esas imprecisiones del equipo, el conjunto italiano no desaprovechó la oportunidad y Dimarco puso por delante al Inter de Milán.
Un héroe llamado Antoine Griezmann
Parecía que la eliminatoria se había escapado de manera definitiva, con un Atlético de Madrid que no terminaba de encontrar el camino del gol. Sin embargo, Antoine Griezmann, el gran héroe que se esperaba en el Metropolitano, tardó pocos minutos en devolver la igualada al marcador. Tras el empate, parecía que ambos conjuntos se conformaban con el resultado y no quisieron hacerse daño hasta que el árbitro señaló el descanso.
El Atlético no dejaba de arriesgar
La segunda parte comenzó con un Atlético de Madrid todavía mejor a la hora de intentar pisar el área contraria. Marcos Llorente y Nahuel Molina eran un peligro constante por la banda derecha, buscando siempre terminar la jugada con un centro a Morata. Sin embargo, la falta de precisión en todos ellos, hacia que los defensas del Inter de Milán despejasen los balones con demasiada facilidad.
Antoine Griezmann tuvo la primera gran ocasión del partido, en una jugada calcada gol del conjunto italiano en la primera mitad. Un pase atrás le llegó al la altura del punto de penalti, pero golpeó con su pierna derecha y Sommer evitó el tanto. Álvaro Morata tuvo otra ocasión clara, con un remate casi desde el área pequeña, pero no golpeó bien y su disparo se fue demasiado desviado.
Simeone iba al ataque
Los primeros cambios que realizó el técnico argentino no podían ser más ofensivos en busca de la remontada. Rodrigo de Paul y Samu Lino, uno de los más activos, se iban al banquillo para dar paso a Ángel Correa delantera y Riquelme. Ambos cambios buscaban darle otro aire al equipo en ataque, dejaban al Atlético mucho más expuesto en el centro del campo.
Riquelme tenía su primera gran ocasión, trazando una diagonal y disparando a puerta, pero la defensa desvío el tiro. Simeone quería aprovechar la inercia positiva, dando entrada a Memphis Depay y Pablo Barrios, con el objetivo de compensar al equipo sobre el césped. El Metropolitano no podía estar más metido en el partido, entonando su himno y aplaudiendo todas y cada una de las acciones de los jugadores sobre el terreno de juego.
Un partido desordenado
Los últimos minutos del cheque ya no respondían a ningún tipo de lógica en el esquema del conjunto colchonero. El Atlético comenzaba a hacer mucho más daño con los centros laterales, pero los centrales del conjunto italiano se mostraban muy solventes. Marcus Thuram tuvo una de los mejores ocasiones para sentenciar la eliminatoria, pero si disparo su marcha por encima de la portería de Jan Oblak.
Memphis Depay, dispuso de la mejor ocasión para haber llevado el partido a la prórroga, mandando un gran disparo al palo de la portería. La suerte nunca estuvo del lado del Atlético de Madrid, no terminando de rematar ninguna de sus ocasiones claras. Sin embargo, Koke se inventó un pase que nadie habría imaginado para regalarle un gol un bandeja a Memphis Depay al filo del final.
El partido parecía destinado a marcharse a la prórroga, pero antes los rojiblancos pudieron haber rematado el trabajo. Riquelme, ya en el tiempo de descuento, tuvo toda la portería a favor para haber dado la victoria al conjunto colchonero. Sin embargo, dio demasiada fuerza su disparo, y terminó mandando el esférico por encima de la portería del Inter de Milán.
Una prórroga a todo o nada
El Inter de Milán demostró que lo que le convenía era llegar a una tanda de penaltis, donde se veía muy superior a su rivales. El Atlético, por su lado, siguió atacando la portería rival, contando con numerosas ocasiones claras para verse llevado la eliminatoria. Memphis tuvo la primera, pero el balón lo bloqueó Sommer, igual que un disparo lejano posterior de Ángel Correa.
No hubo tiempo para nada más en la prórroga, quedando la suerte del Atlético de Madrid destinada a los penaltis. Teniendo en cuenta los antecedentes, todos en el estadio rojiblanco pensaban que iba a ser una misión imposible lograr el pase desde la pena máxima. Sin embargo, el orgullo y el espírutu de los rojiblanco hizo que consiguieran lo imposible.
Jan Oblak se vistió de héroe y paró dos penaltis, dando al Atlético el pase a los cuartos de final de la Liga de Campeones. En el Atlético de Madrid, Depay, Riquelme y Correa anotaron sus penaltis. Otro año más, Simeone mete a los colchoneros entre los 8 mejores equipos de Europa.