El Atlético de Madrid empató a cero en casa ante el Espanyol en un encuentro muy frustrante para los rojiblancos. Tras una primera hora espectacular, los de Simeone no fueron capaces de anotar ningún gol, pese a tener ocasiones de todos los colores. Con el paso de los minutos se fueron desesperando y el juego del equipo se hizo más lento y menos inteligente.
Llovieron las críticas a Diego Pablo Simeone por cambiar a Pablo Barrios en el descanso y a Sorloth en el 75 para introducir a Reinildo. En los minutos en los que el noruego no estuvo sobre el césped dio la sensación de que faltaba remate dentro del área. Parece que los aficionados no fueron los únicos en darse cuenta de ello y un jugador se lo comentó al técnico argentino.
Pablo Barrios se lo explica a Simeone
Cuando terminó el tiempo de hidratación de la segunda parte, Simeone se dirigió hacia Pablo Barrios. El joven canterano, algo desesperado, le comentó lo siguiente al técnico: "Es que no hay nadie macho". Esto dijo después de que el argentino le dijera que debe de conducir más.
Una lectura que puede tener esa frase de Barrios es lo comentado antes, la falta de un rematador en el área. En el final del partido, varios balones se pasearon en el área sin encontrar alguien que consiguiera anotar el gol de la victoria. La otra lectura puede ser la falta de compañeros para asociarse en el centro del campo.
Ante la desesperación por no poder anotar un gol, el Atlético de Madrid se partió. El centro del campo era inexistente y el canterano encontraba pocas líneas de pase para conectar con los compañeros más adelantados.
Mucho remate sin gol
El Atlético de Madrid remató 22 veces ante el Espanyol, para no anotar ningún gol. Le Normand, Pablo Barrios y Riquelme estaban de acuerdo en una cosa, en que lo único que faltó fue meterla. Eso comentaron los tres futbolistas en sus respectivas entrevistas tras el partido.
Este fin de semana, ante el Athletic Club en San Mamés, si el equipo quiere llevarse la victoria, deberá afinar la puntería. También será deber de Simeone acertar con los cambios, que como toda persona en esta vida, también se equivoca a veces.