Rodrigo De Paul vivió uno de sus momentos más incómodos como jugador del Atlético de Madrid durante el reciente partido contra el Leipzig en la UEFA Champions League. En el minuto 62, Diego Simeone decidió sustituirlo por Conor Gallagher, lo que provocó una inesperada reacción por parte de la afición colchonera. Los pitidos que recibió De Paul mientras abandonaba el campo sorprendieron a muchos, no tanto por su rendimiento, sino por la actitud con la que salió del terreno de juego.
Un momento de tensión
El empate en ese momento parecía tenso y bastante insuficiente, y lo que molestó a la afición rojiblanca fue la forma en que De Paul abandonó el campo caminando lentamente. Este gesto, en un equipo que valora la entrega y la intensidad como el Atlético de Madrid, no pasó desapercibido entre los aficionados. Lo consideraron una falta de compromiso en un momento crucial del encuentro.
Gil Marín, uno de los máximos responsables del club, es conocido por valorar profundamente el esfuerzo y la actitud en el campo. Aunque De Paul ha demostrado en numerosas ocasiones su calidad y compromiso los pitidos recibidos son un indicativo de que no hay margen para relajarse en el Metropolitano.
Enfado en Argentina
El episodio también resonó en Argentina, donde De Paul es considerado un héroe nacional tras su papel clave en la conquista del Mundial de 2022. Los hinchas argentinos, en su mayoría, defendieron al jugador, viralizando videos y mostrando su indignación ante lo que consideraban una crítica injusta hacia uno de los referentes de la selección. Para muchos, De Paul sigue siendo un jugador comprometido que, a pesar de algunos errores, siempre da lo mejor de sí en el campo.
Es importante recordar que el Atlético de Madrid tiene una de las aficiones más exigentes de Europa. No es la primera vez que un jugador clave recibe críticas cuando el esfuerzo no es percibido al nivel esperado. Sin embargo, el caso de De Paul es especial, ya que su rendimiento ha sido positivo en la mayoría de los encuentros recientes, aunque haya generado malestar por ese gesto.