El Atlético de Madrid ha bajado su nivel en las últimas semanas. El equipo de Simeone ha visto como tras la derrota en Girona se han desenganchado ciertamente de la lucha por LaLiga. Después de un calendario muy apretado, en los últimos partidos se ha visto que el equipo necesitaba un descanso.
Los rojiblancos llegan a la segunda parte de la temporada en una mala dinámica y es importante volver a recuperar sensaciones. El partido de ayer de Copa del Rey en Lugo fue una muestra de que el Cholo tiene a varios futbolistas que no están al nivel de la élite.
Sin embargo, el técnico argentino ha visto como un jugador del que se pedía más, ha elevado su nivel de manera drástica.
Las dudas de los primeros años
Hace dos temporadas el Atlético de Madrid consiguió fichar al MVP de la final de la Copa América. Rodrigo de Paul se convirtió en uno de los centrocampistas de moda en el fútbol europeo. Su nivel en la Serie A con el Udinese y sobre todo con la selección, hicieron de él uno de los jugadores más cotizados ese verano.
El deseo de Simeone se hizo realidad y una de las piezas más importantes de la Argentina de Scaloni recaló en las filas colchoneras. Tras un primer año difícil de adaptación, el club consideraba que en la segunda temporada debía dar un salto de nivel.
Su primera vuelta fue floja y la afición comenzaba a cansarse. Parecía que el jugador solo tenía la mirada puesta en el Mundial y no quería arriesgarse a una lesión. Tras salir campeón del mundo su nivel ascendió dos escalones y se pudo empezar a ver una versión parecido a lo que se pedía de él.
Su mejor nivel en el tramo decisivo de temporada
Este año volvieron las dudas con el argentino. Parecía que no encontraba su hueco en el club y se rumoreaba una posible salida. Para Simeone siempre ha sido indiscutible y esa confianza por parte del técnico ha sido clave con la versión de Rodrigo de Paul actual.
El mes de diciembre ha sido el resurgir del "motorcito". Ante el Sevilla realizó un partido sublime, tanto en lo técnico como en lo físico. Después vino el partido en Girona y De Paul no tenía en sus planes bajar el nivel.
Pese a la derrota, el argentino acabó con dos asistencias y no fue MVP del partido porque Morata anotó tres tantos. Ayer ante el Lugo entró con el 1-1 en el descanso. En los 45 minutos que disputó fue el mejor futbolista del partido.
Se hizo él solo dueño y señor del partido y el equipo terminó venciendo por 1-3. Rodrigo De Paul ha encontrado su mejor versión en la parte más importante del año. El miércoles tendrá otra oportunidad de seguir creciendo ante el Madrid en las semifinales de Supercopa.