Sergio Camello, canterano del Atlético de Madrid tuvo que buscarse el año pasado hueco en otro club. Tras haber pasado por casi todas las categorías inferiores del club rojiblanco, el delantero madrileño decidió que el Rayo Vallecano debería ser su próximo destino. Un equipo al que tenía claro que quería volver después de haber estado cedido en el año 22/23 y con el que conecta como con ningún otro había conectado jamás.
La temporada pasada jugó 31 partidos y marcó tres goles que ayudaron al club vallecano a estar otro año más en primera división. Un hito sin parangón, ya que es un club muy humilde, con pocos recursos, un estadio que necesita más de una mano de pintura y en una ciudad como Madrid. Opacados por el binomio Atlético de Madrid - Real Madrid, el Rayo Vallecano sigue su idilio con Primera, donde celebrará su centenario.
Sergio Camello, más sincero que nunca
La entrevista realizada por Rubén Cañizares, compañero de ABC, nos muestra al Sergio Camello más 'desnudo' que nunca. Habla de sus inicios y de cómo es lidiar con un vestuario como el Atlético de Madrid donde hay más egos que en uno como el del Rayo. Sus padres siempre han sido importantes y esas raíces humildes le han permitido ser el campeón olímpico que es hoy.
Su doblete en la final del campeonato olímpico, elevó a España al oro olímpico como no lo hacía desde Barcelona 1992. A partir de ahí era inevitable pensar que el bueno de Camello iba a pasar desapercibido, por muy tímido que sea. España volvía a ser campeona olímpica y en gran parte gracias al canterano del Atlético de Madrid.
En una entrevista diferente a la mencionada, habló de que la llamada de Santi Denia no se la esperaba. Fue el propio seleccionador el que le llamó para advertirle de que había posibilidad de que le llamaran. En ese momento Sergio Camello no se lo creía del todo, pero empezó a ponerse nervioso, unos nervios que se vieron multiplicados cuando vio su nombre en la lista de convocados.
Siempre con los pies en la tierra
El mejor momento de la entrevista sucede cuando Rubén le pregunta acerca del dinero, un tema siempre controvertido y que suele traer cola. En este caso, Sergio Camello nos dio una lección a todos para comprender qué es lo más importante con respecto a ese tema.
"Mi hermano mellizo y yo siempre hemos valorado todo lo que nos daban nuestros padres. Para nosotros era una fiesta cuando de pequeños íbamos una vez al mes a comer al chino de abajo de casa".
"Claro que me doy mis caprichos, pero no despilfarro. Por ejemplo, no me verás vistiendo de marca y comprándome una camiseta de 600 euros, cuando mi madre gana 700 euros al mes. Para eso cojo los 600 euros y se los doy a mi madre."
Sergio Camello nos habla aquí de una realidad que muchos olvidan. Bien por malas compañías o porque son fruto de dejarse llevar por la adrenalina del momento. En este caso vemos como hay una educación detrás importante y un chico con los pies en la tierra que sabe perfectamente dónde está y lo que quiere.
Para acabar, permítanme que introduzca una valoración personal: da gusto ver como hay gente que no se olvida de dónde viene y de su pasado. Es importante saber qué se quiere y a dónde vamos, pero sin olvidar de dónde venimos y por qué estamos donde estamos.