Lo del martes fue una tragedia. Se mire por donde se mire. Que el portero te empate un partido que tenías ganado en el 95' es siempre una mala noticia. Y más, si venías de donde venías: la estrepitosa derrota en Valencia. El Atleti se quería rehacer en el mejor escenario: en Roma, en Champions League y ante la Lazio. Y estuvieron a punto, pero Provedel lo evitó en el último suspiro.
Lo que pudo ser y no fue
En líneas generales fue un buen partido del Atleti. Intensos, los colchoneros se pusieron por delante en la primera mitad. Pablo Barrios, tras un rebote, puso a los colchoneros por delante y condenaba a la Lazio a algo que no había hecho durante todo el partido: ser valiente y atacar.
Pero eso no llegó hasta la segunda mitad. Sabiendo que empezando con una derrota raramente su devenir en la Champions sería positivo, el conjunto romano empezó a hacerse con el balón y a dominar el partido. Había llegado la hora de sufrir, y parecía qué el Atleti estaba preparado para asumirlo. Pero no lo estaba.
¿Qué pudo hacer mejor el Atleti?
Más allá de no descuidar la marca del portero Provedel en la última jugada del partido, el Atleti pudo cerrar el partido mucho antes para no sufrir. Sin ir más lejos, Samuel Lino, Antoine Griezmann y Rodrigo Riquelme gozaron de grandes ocasiones para anotar el segundo para los suyos.
Lino desperdició un gran ocasión tras una gran contra que despejó el meta. Fue la primera. Riquelme rozaría el gol minutos después. Fue la segunda. Y Griezmann no acertó una que, según dijo él luego en rueda de prensa, "normalmente es gol".
Pero no ocurrió lo que normalmente. La mala suerte se alió con el Atlético de Madrid en un estadio que ya te traía malos recuerdos y, finalmente, pasó lo que nunca pasa.
Cuando todo parecía acabado y la Lazio solo tenía empuje (pero no ocasiones), Luis Alberto puso un centro al interior del área que remató el que nunca lo hace: Provedel, el portero de la Lazio.
Cierto es que la jugada se pudo haber defendido con mucho más rigor, pero a los nervios de los últimos minutos se sumó a que, normalmente, en estas jugadas el portero siempre se deja libre de marca, ya que el rival juega con superioridad. Una lástima. Tocará remar, de nuevo, en la Champions.