En el Atlético de Madrid tienen muy claro cuál debe ser el camino a seguir una vez se abra al mercado de invierno y se puedan cerrar operaciones. El principal objetivo es dar salida a aquellos jugadores que no están cumpliendo con las expectativas o que no son útiles para Simeone. En ese aspecto, el gran señalado es un Thomas Lemar que ha vuelto a caer lesionado y no juega ni entrena desde hace un mes.
Solamente ha podido disputar dos partidos esta temporada, ambos saltando desde el banquillo de suplentes, siendo un futbolista sin continuidad. La intención en agosto era buscarle otro destino, pero no había ningún club dispuesto a incorporar a un jugador con sus problemas físicos. En caso de lograr su salida, la dirección deportiva reactivará un viejo deseo que ella estuvo muy cerca este mismo verano.
Thomas Lemar, la salida imposible
Ya son muchos años en los que la situación del centrocampista francés se ha convertido en un auténtico problema para el Atlético de Madrid. Su única temporada a buen nivel fue la 2020-21, cuando encontró la regularidad en el esquema de Simeone. En el resto de campañas ha sido una pieza que ha entrado y salido de la enfermería por culpa del gran número de problemas físicos.
Su rotura del talón de Aquiles parecía casi definitiva, pues era toda una incógnita el nivel que iba a tener cuando regresase. De hecho, se ha cumplido con lo esperado, pues volvió a lesionarse en pretemporada y no regresó hasta el derbi madrileño. Únicamente hicieron falta dos encuentros para que volviese a sufrir una lesión muscular y tuviese que volver a la enfermería.
Es evidente que no tiene sitio en el equipo rojiblanco y se intentará buscarle un destino una vez abra el mercado de invierno. La idea sería cerrar una cesión para liberar parte de su ficha y poder incorporar a otro centrocampista. No será tarea fácil, aunque en el Metropolitano han vuelto a poner sus ojos en un viejo deseo del pasado verano.
Javi Guerra vuelve a escena
El conjunto colchonero logró llegar a un acuerdo con el Valencia para incorporar al internacional español, operación que no se pudo cerrar por la llegada de Conor Gallagher. Aunque empezó la temporada con algunas dudas, Javi Guerra ha vuelto a ganarse la confianza de Rubén Baraja. En aquel momento, se apalabró un pago de 25 millones de euros y un porcentaje de futura venta, algo que podría volver a repetirse.
El Valencia está en una situación muy delicada en la clasificación, siendo uno de los equipos que está peleando por mantener la categoría. En este contexto, Peter Lim necesitará ingresos para afrontar otra campaña donde no se alcanzarán los puestos europeos. Tal y como señalaron en el programa Bendita Afición y el periodista Rubén Uría, el canterano valencianista sigue gustando mucho a la dirección deportiva.