El verano de fichajes no solo afecta a los primeros equipos. La batalla más silenciosa, pero igual de estratégica, se libra en las canteras. Y en este capítulo, el Real Madrid acaba de dar un golpe que duele en el corazón del Atlético de Madrid. Se trata del fichaje a coste cero de Gabriel Suárez Castrelo, uno de los mayores talentos juveniles de la academia rojiblanca.
Cambio de bando
El movimiento ya es oficial desde este 1 de julio. El joven centrocampista ofensivo, que brilló en la primera mitad de la temporada con el juvenil del Atlético de Madrid, ha decidido no renovar su contrato. Su negativa provocó que fuera apartado del equipo desde el mes de diciembre. Desde entonces, no ha vuelto a jugar ni un solo minuto.

Hasta ese momento, Suárez Castrelo acumulaba unos números más que prometedores. Disputó 21 partidos, sumó 1.292 minutos y firmó ocho goles. A sus 17 años, ya era considerado como una pieza clave de futuro por parte de la dirección deportiva del Atlético. Pero las negociaciones para su renovación fracasaron por completo.
El pacto de no agresión
Con el pacto de no agresión roto entre Real Madrid y Atlético, la situación ha cambiado radicalmente. Ya no hay líneas rojas, y ambos clubes pelean por cualquier talento que encaje en su proyecto. El Madrid ha aprovechado la ruptura para pescar en territorio rival, y el caso de Suárez es el ejemplo más claro.
El fichaje, totalmente gratuito, supone una oportunidad para el Real Madrid y un varapalo para el Atlético. Perder a una de sus promesas más firmes sin recibir ni un euro es un síntoma preocupante. Especialmente porque el jugador ha elegido irse al eterno rival, y no a un destino cualquiera.
Desde el club blanco se espera que Suárez Castrelo se integre en la dinámica del Juvenil A esta misma temporada. En Valdebebas consideran que tiene condiciones para explotar rápidamente, y no descartan que en poco tiempo llame la atención de Raúl González para el Castilla. No es la primera vez que un joven con proyección abandona la cantera por falta de continuidad o desencuentros contractuales.