En un bulevar donde se cruzan el glamour y la nostalgia, Tesla ha decidido dar un paso que pocos esperaban. La compañía de Elon Musk, conocida por sus coches eléctricos y avances tecnológicos, se ha atrevido con otro sector. Y lo cierto es que la sorpresa ha sido mayúscula, porque esta nueva aventura empresarial nada tiene que ver con la movilidad.
Se trata de un restaurante, que ha abierto sus puertas en el icónico Santa Mónica Boulevard, en pleno corazón de Hollywood. Se trata de una propuesta única, que mezcla pasado y futuro, con una ambientación de los años 50 y una tecnología que parece del mañana. Lo que ocurre dentro de este espacio no es solo para alimentar el estómago, sino también para asombrar los sentidos.
Un restaurante que se convierte en experiencia
Bajo el nombre de Tesla Diner, este espacio se presenta como una nueva forma de vivir la restauración. Los clientes no tienen que bajarse del coche para pedir ni para ver una película. Todo se controla desde la pantalla del vehículo, que se convierte en un punto de pedido y entretenimiento.
Las hamburguesas, batidos y patatas fritas conviven con un peculiar sándwich de pollo y gofres que se ganó el protagonismo del día inaugural. Mientras tanto, la experiencia de autocine funciona a la perfección: el sonido llega directo al sistema del coche, sin necesidad de altavoces externos.
Tesla Diner Supercharger Opens! First Look At Their Coolest Station Yet
Pero lo que más llamó la atención durante la apertura fue la presencia de Optimus, el robot humanoide creado por Tesla. Sirviendo palomitas como si fuese un camarero más, demostró que no está allí como una curiosidad. Forma parte de la plantilla y del concepto global del restaurante.
Tecnología y nostalgia en perfecta armonía
El diseño del restaurante está lleno de guiños a la estética retro. Las cajas de comida tienen forma de Cybertruck, los utensilios evocan épocas pasadas, y los colores recuerdan a los viejos 'diners' americanos. Todo ello acompañado por una zona de recarga rápida con más de 80 supercargadores.
La presencia de Optimus no termina en el servicio. Tesla ha lanzado una figura de acción con su imagen vestido de camarero, lo que deja claro que será parte esencial del universo de marca. La robótica, en este caso, no es solo una herramienta: es identidad.
La apuesta de Elon Musk no se quedará en Los Ángeles. Ya hay planes para nuevas aperturas, como CyberCanopy en Roswell, una propuesta inspirada en naves espaciales. Con esto, Tesla quiere ampliar su influencia más allá del transporte, entrando en el estilo de vida de sus usuarios con ideas que combinan entretenimiento, diseño y tecnología.
Este movimiento deja claro que para Musk y Tesla, el futuro no es solo eléctrico, también es cultural. Y que la fidelidad del cliente puede construirse también con una hamburguesa, una pantalla y un robot que sirve palomitas.