Con la llegada de 2024, las estafas siguen estando a la orden del día para desgracia de sus víctimas. Lo cierto es que los ciberdelincuentes cada vez son más estrategas e hilan más fino para hacer que sus potenciales víctimas no se den cuenta de que están siendo estafadas.
Por ello, desde los diferentes Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, siempre están atentos para avisar a la población de que no caigan en la trampa de los malhechores. En los últimos días, han sido dos grandes empresas como Carrefour y el Banco Santander las que han sufrido el llamado phishing.
Nos referimos a la suplantación de identidad a través de correo electrónico, SMS o WhatsApp con links que no son realmente de la compañía por la que se hacen pasar. Los propios bancos y otras entidades suelen avisar que nunca envían a través de sus apps ciertas comunicaciones sensibles junto a estos enlaces. Unos que pueden hacer que te roben los datos personales y lo que es peor, el dinero de tu cuenta.
La estafa que puede arruinarte el comienzo de año y que afecta a los clientes del Santander
Con todo, nos centramos en que los ciberdelincuentes se han hecho pasar por entidades, como el Banco Santander. Este alertaba a través de su cuenta oficial de X a sus clientes, para que una estafa creciente en nuestro país no te arruine el inicio de año.
El mensaje alertaba de que estamos en una época de recibir muchos mensajes y los ciberdelincuentes son expertos en poner trampas en cualquier lugar. A través de la web del Santander, la entidad ofrece una serie de consejos para evitar que nos estafen sin que apenas nos demos cuenta.
Si hablamos de lo sucedido con el banco español, se envían a las víctimas correos falsos en los que les invitan a los clientes a rellenar de nuevo sus datos. Lo hacen, supuestamente, para que no se vean “obligados a suspender el uso de su crédito renovable”.
Una amenaza que es totalmente falsa, por lo que siempre es necesario revisar a fondo cuál es el remitente de los correos electrónicos que recibimos de este tipo de entidades. Sobre todo, lo más importante es no pinchar los enlaces ni dar ningún tipo de dato personal por mucho que confíes en la persona que te está enviando el correo.
Hay que buscar siempre signos de cosas sospechosas y desconfiar cuando te soliciten datos personales o bancarios. La mejor solución es llamar a la entidad para preguntar si el mensaje que hemos recibido es cierto o no.