La temporada de Joao Félix está dando la razón a Simeone. El portugués forzó su salida al Barcelona y mucha gente decía que allí sí que iba a rendir, por el estilo de juego del club catalán. Sin embargo, su situación es peor que cuando estaba en el Atlético de Madrid y sus números han decaído este año.
Todos sabemos de su talento, pero un jugador tan intermitente nunca podrá llegar a asentarse en la élite del fútbol. Desde el Atlético de Madrid confiaban en poder venderlo al Barcelona, pero su rendimiento no ayuda. La situación económica del club catalán hace que solo puedan gastar lo justo y necesario y Joao ahora mismo no es prioridad.
Aun así, sigue siendo un futbolista joven y con cierto mercado. El club rojiblanco confía sacar una buena cantidad por él para invertirla en fichajes y poder mejorar la plantilla actual.
Un nuevo comprador a la vista
Desde el verano pasado, Arabia Saudí se ha metido de lleno en el mercado de fichajes europeo. Los saudís han decidido invertir para mejorar el fútbol de su país y grandes estrellas mundiales están probando suerte allí. El factor clave aquí es el poder económico que tienen, cosa que atrae mucho a los jugadores.
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El año pasado se especuló sobre una posible oferta desde Arabia por Joao, pero nunca llegó a ser una realidad. Sin embargo, parece que este verano la situación puede cambiar. Según varias informaciones, Al Nassr, Al Hilal o el Al Ittihad están buscando una nueva estrella para sus equipos.
El internacional portugués guarda relación con el país, pues este mismo año fue pasó la Navidad allí invitado por los jeques. El Atlético de Madrid necesita un comprador y parece haber nacido una nueva opción.
Problema para Gil Marín
La directiva rojiblanca no contempla para este verano volver a ceder al portugués, pero no es que haya demasiados equipos interesados en comprarlo. Dada la inversión que realizaron, Gil Marín no está dispuesto a regalarlo, pero sabe cuál es la realidad acerca de su valor actual.
Desde Arabia Saudí manejan grandes cantidades de dinero y se podrían acercar a los 50 millones que piden los colchoneros. En el caso de que no quieran comprarlo, el club se enfrentará a un grave problema. Deberán volver a cederlo o venderlo por una cantidad de dinero bastante baja.