La derrota ante el Girona ha dejado varias claves que explican la caída de los colchoneros en el campeonato liguero. El Atlético de Madrid ha perdido toda su contundencia en defensa, necesitando muchos goles para poder sacar los triunfos al frente. Ya son 23 goles los que han encajado los rojiblancos, lejos de los 11 que ha recibido hasta el momento el Real Madrid.
Con la derrota de ayer, las posibilidades de pelear por LaLiga son prácticamente nulas para el Atlético. Ahora, con muchos meses por delante, los colchoneros deberán asegurar su clasificación para la Champions League de cara a la próxima temporada. Además, hay dos títulos más en juego en el mes de enero, algo que los rojiblancos deben tener en mente para mejorar lo antes posible.
Simeone y la falta de contundencia
El Atlético de Madrid no puede permitirse marcar tres goles en un partido y, de todas maneras, perder. El Girona marcó cuatro goles a los colchoneros, pero tres de ellos fueron errores impropios de un equipo dirigido por Simeone. Koke falló en el 2-1 y 3-1, mientras que hasta cuatro jugadores del Atlético fueron incapaces de impedir el disparo del definitivo 4-3.
Sin embargo, este problema va mucho más allá de la derrota de ayer ante el conjunto catalán. El Atlético ya ha salido en otros partidos a domicilio sin el nervio necesario para ir a por el encuentro desde el primer minuto. En todas las derrotas, los rojiblancos empezaron por debajo en el marcador, algo que pone cualquier derrota muy cuesta arriba.
La situación arriba es algo mejor, con una gran temporada de Antoine Griezmann y Álvaro Morata. Sin embargo, ayer, cuando el partido marchaba 3-2, el Atlético desperdició hasta cuatro ocasiones claras de gol en el área contraria. Eso, unido al mal nivel de la defensa, hace que los triunfos supongan un trabajo todavía mayor para los rojiblancos.
Lejos del Metropolitano no hay juego
Más allá de los goles encajados, la realidad es que el Atlético no está compitiendo fuera de su estadio. Ya son cinco derrotas consecutivas en LaLiga cuando a los rojiblancos les toca competir a domicilio, algo imperdonable para un equipo que aspira al título. La realidad es que Simeone no termina de encontrar la tecla necesaria para poder ajustar al equipo y plantarse en el campo como corresponde.
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El inicio en todas esas derrotas fue terrible, siendo muy superados por los equipos rivales. Aunque hay momentos de buen juego, queda claro que el rendimiento de local y visitante es muy diferente, casi irreconocibles. Si Simeone quiere competir por alguna competición, deberá encontrar la solución antes de que sea demasiado tarde.