El culebrón Saúl Ñíguez da sus últimos coletazos después de idas y venidas con el Atlético de Madrid. El jugador sabe desde final de temporada que no cuenta ni para club ni para el entrenador y él quiere minutos. Fue en ese momento cuando llegó el Sevilla FC y sedujo los intereses del jugador ilicitano.
Con esta venta el Atlético de Madrid resuelve varios problemas de una sola tacada. No solo es un jugador que a nivel de rendimiento ha sido constantemente decreciente desde 2020, sino que con respecto al límite salarial el club se libra de un peso importante. Con la salida de Saúl Ñíguez, los colchoneros se liberan de una ficha altísima de 12 millones brutos, según Capology, de cara a tener más margen cuando acuda al mercado.
El centrocampista pasará reconocimiento el lunes y se espera que firme contrato con el club de sevillano el mismo dia.
Salario, un cuestión resuelta
Saúl Ñíguez no quería dejar de cobrar los 14 millones netos que le restaban por las dos temporadas que le quedaban de contrato con el Atlético de Madrid. Es por ello que llegó a un acuerdo con ambos clubes. El club colchonero le abonará los 7 millones netos de este año y el jugador renunciará al último año de contrato con el Atlético.
Además, el mediocampista ilicitano firmará por el Sevilla reduciéndose más de un 50% su salario, en torno a 2 millones por año. Y su vinculación con el club de la capital de Andalucía tendrá una duración de 3-4 años. Grosso modo, lo que iba a cobrar en dos años, lo terminará cobrando en más tiempo.
Este acuerdo al que llegó con la dirección deportiva del club hispalense fue clave para que el jugador diera el "sí, quiero" al Sevilla.
Y colorín, colorado...
De esta forma se pone punto y final al periplo de Saúl Ñíguez con el club de su vida, con permiso del Elche CF. Tras varios intentos para reconducir la situación, cesión al Chelsea mediante, el club ha perdido la fe en un jugador que reclamaba jugar en su posición para recuperar su mejor nivel.
Así fue el año pasado cuando Diego Pablo Simeone lo puso de interior en numerosos partidos, posición que el mismo demandaba. Pese a que la afición reclamara otros jugadores como Pablo Barrios o Arthur Vermeeren, Simeone seguía dándole minutos. Quizás porque el argentino tenía la ilusión de que volviera a ser aquel futbolista que maravilló al mundo del fútbol en 2016.
Pese a que en la sesión de entrenamiento de ayer lo viéramos ejercitarse con el equipo, el jugador acabó ejercitándose al margen en vistas de la resolución de su venta. Un final agridulce para un jugador muy importante durante un corto periodo de tiempo en el Atlético de Madrid.