Las monedas pueden sumar un gran valor con el paso del tiempo. Muchos coleccionistas dedican gran parte de su tiempo en buscar los ejemplares más codiciados y reunir las monedas que han desaparecido del mercado o que fueron lanzadas por motivos especiales.
La numismática es, por decirlo de alguna manera, un modo de vida para aquellas personas que la practican. Pueden llegar a pagar altas cantidades de dinero por monedas antiguas, y algunas requieren años intensos de búsqueda, reuniones, intercambios y un proceso interminable para dar con ese objeto en particular.
Sin embargo, hay monedas que, aunque parezcan normales para el ciudadano medio, pueden adquirir un valor de dimensiones impresionantes. Los establecimientos de compraventa, páginas webs y foros especializados revisan los ejemplares y, en función de la singularidad de los mismos, pueden otorgarle un precio muy alto.
La moneda de 1 euro que puede llegar a valer 500
Una de las piezas más cotizadas por los coleccionistas es una moneda de 1 euro del 2002. Austria emitió ese año una tirada de monedas con la cara del compositor Wolfgang Amadeus Mozart. Este ejemplar puede llegar a valer unos 500 euros, aunque en el mercado de coleccionistas se ha visto algún ejemplar más particular por 750 euros.
El motivo de tal valor, más allá de poseer el rostro de uno de los músicos más famosos de todos los tiempos, es otro. En su reverso, la moneda cuenta con un exceso de metal poco habitual.
Si en tu cartera o en algún rincón de tu casa tienes una moneda con la imagen de Mozart, no dudes en acudir a un profesional en numismática. No obstante, primero hay que verificar el año que hay inscrito (debe ser 2002) y comprobar su relieve. El tasador, que también comprobará el estado de conservación y la calidad de la moneda, dirá si la moneda tiene valor.
Por otro lado, hay otras monedas muy demandadas por coleccionistas y portales de subasta. Es otra moneda de 1 €, y también del año 2002. Su particularidad es que cuenta con la imagen del príncipe Alberto II de Mónaco.
Este grupo de monedas fue acuñado en el Vaticano, y las 2.000 primeras unidades cuentan con un error de acuñación. No tienen los hendidos laterales habituales, y la superficie es completamente lisa. Su valor puede superar los 400 euros.