El partido del Atlético de Madrid contra el Alavés dejó varias conclusiones inmediatas después de un ambiente que sigue enrarecido en el Metropolitano. Que la grada de animación siga en rebelión contra el club, no ayuda a que el Atlético vuelva a recuperar las sensaciones de ser imbatible en su casa. Sin embargo, el equipo poco a poco va sumando y va ganando, lo que hace que llegue la tranquilidad desde los resultados.
Tranquilidad como la que tuvo Alexander Sørloth cuando Rodri De Paul le filtró un balón en el borde del área y sin pensárselo la mandó a guardar con un zapatazo inapelable. "Cuando cogió el balón Sørloth sentía que podía hacer gol porque es un futbolista que nos tiene acostumbrados a ese tipo de movimientos. Anoche tuvimos una conversación larga con él desde la importancia que le damos a los minutos que juegue y hoy marcó un golazo en un partido que estaba siendo raro".
Cinco victorias seguidas
Con respecto al juego del equipo, Simeone también fue preguntado y dijo lo siguiente. "No creo que en la vida te levantes sin querer seguir creciendo, nosotros siempre estamos en esa búsqueda también". Él es consciente de que aún el juego no está llegando, pero sí los resultados y con ello, el tiempo para seguir buscando encajar las piezas de la mejor manera posible.
"Cuando uno habla de la defensa, parece que tendríamos que nombrar a los centrales y laterales. Creo que el equipo está trabajando muy bien en bloque y ha generado más fortaleza. Hoy ha jugado todo el segundo tiempo con ese 0-1 que no era fácil para sostener al equipo, pero lo hizo muy bien".
El Cholo Simeone: emocionado
"Se me pasan un montón de cosas en la cabeza, evidentemente 700 partidos nunca lo imaginé, soy un afortunado absoluto. Soy un agradecido a todo el cuerpo técnico que empezó conmigo, del que hoy solo queda Pablo (Vercellone) y, por supuesto, a todos los futbolistas que recorrieron todo este camino. Ni que hablar a Miguel Ángel y a Enrique (Cerezo) por haberme sostenido en todo este tiempo."
"También agradecer a nuestra gente, que desde que llegué sentí un grandísimo respeto y eso no tiene precio. Y sin lugar a dudas también a mi familia porque le he quitado minutos a mi familia... muchos, así que agradezco".
"Me viene el partido de la Copa del Rey después de 14 años que no le ganábamos al Real Madrid y jugar la final en el Santiago Bernabéu. Empezamos perdiendo, pudimos empatar y rompimos una situación que se hacía dura para nuestros aficionados. Ese partido fue un punto de inflexión que nos dio esa visión para decirnos 'cuidado que se puede' ".