La defensa es una de las grandes prioridades del Atlético de Madrid de cara a buscar refuerzos durante el próximo verano. Uno de los nombres que más gusta en la dirección deportiva es el de Cristhian Mosquera, actualmente futbolista del Valencia. El jugador sería del agrado de Simeone de cara a poder darle un giro a una defensa que lleva muchos años pidiendo incorporaciones.
El Valencia está protagonizando una buena campaña, manteniéndose en la lucha por poder disputar el próximo año competición europea. Por ello, no tiene la misma urgencia para vender que en otras ocasiones, algo de lo que se aprovechó el Atlético de Madrid. En el caso de Cristhian Mosquera, su precio de salida ya estaría en conocimiento de Gil Marín, quien intentará su fichaje.
Cristhian Mosquera, el deseado de Simeone
Es urgente en el Atlético de Madrid que en verano puedan llegar refuerzos para tener una defensa de más nivel competitivo. Simeone ha visto cómo su equipo ha encajado demasiados goles esta campaña, estando a la altura del año del descenso. Restando únicamente cinco jornadas para acabar el curso, la dirección deportiva ya ha empezado a buscar posibles incorporaciones para verano.
Uno de los nombres que más gustan a Simeone es el de Cristhian Mosquera, canterano del Valencia que solamente tiene 19 años. El jugador ya es una de las piezas indiscutibles de Rubén Baraja, quien le considera un titular indiscutible en su planteamiento. Ante el interés de Gil Marín, el periodista Héctor Gómez ya ha dado el precio de salida que tendría el defensor valencianista.
Si el Atlético de Madrid quiere a Cristhian Mosquera deberá pagar una suma cercana a los 25-30 millones de euros. Dicha cantidad es lo que se podría esperar de un jugador que tiene una gran proyección como el central. Por otro lado, el Valencia podría aceptar introducir jugadores en la operación, los cuales no tendrían sitio todavía con Simeone.
Las salidas en mente de Gil Marín
El Valencia y el Atlético de Madrid son dos clubes que llevan muchas temporadas realizando intercambios de jugadores entre ellos. Cristhian Mosquera gusta a Simeone, pero Gil Marín es consciente que hay futbolistas rojiblancos que podrían interesarle a Rubén Baraja. Uno de los nombres que ha surgido los últimos días es el de Carlos Martín, cedido en el Mirandés y uno de los máximos goleadores de la categoría de plata.
También está sobre la mesa Santiago Mouriño, una de las grandes revelaciones en el Real Zaragoza y que llegó al Atlético de Madrid en verano. El uruguayo ha sido capaz de mantener un buen nivel jugando como central y lateral derecho, siendo muy polivalente. Ambos jugadores, cedidos, tendrían un gran encaje con Rubén Baraja, quien está sabiendo gestionar una plantilla plagada de jóvenes promesas.