El Atlético de Madrid ha depositado muchas confianzas en muchos jóvenes que han salido cedidos este verano. Uno de los que más ilusión generaron tras su llegada al equipo rojiblanco fue el brasileño Marcos Paulo, llegado desde Fluminense. El futbolista fue fichado como una de las grandes promesa de Brasil, aunque no ha terminado de demostrar todo su potencial.
El joven Marcos Paulo ha tenido un paso irregular por Europa desde que llegase al Atlético. Primero, Portugal y, más tarde, la Segunda División de España fueron sus destinos como cedido tras firmar con el equipo rojiblanco. Tras fracasar en ambos casos, Marcos Paulo fue cedido al Sao Paulo de Brasil con el objetivo de recuperar su nivel, aunque no sucedió.
Marcos Paulo, problema para Gil Marín
Los problemas que arrastra el joven atacante brasileño son varios y no poco problemáticos. El más grave, y ante el que deberá intervenir Gil Marín, es un posible regreso de Marcos Paulo al Atlético de Madrid. El jugador se rompió el ligamento cruzado anterior y la normativa FIFA obliga a que el jugador se recupere en su actual club, Sao Paulo.
El jugador ha sido muy irregular desde que llegase a Brasil siendo poco habitual verle en los onces titulares. Por ello, el Sao Paulo ya había decidido devolver al jugador y no pagar la opción de compra que se había acordado en la cesión. Su último partido con la camiseta del Sao Paulo en el campeonato de liga fue el 22 de julio ante el Cuiabá, jugando 66 minutos.
En 29 partidos con el equipo brasileño, Marcos Paulo solamente ha visto puerta en cuatro ocasiones. Por lo pronto, y por lo poco que se sabe, el jugador debería regresar el próximo mes de enero, aunque su lesión ha complicado todo. El Atlético podría ampliar su cesión hasta que se recupere definitivamente, regresando al Metropolitano el próximo verano del 2024.
Una joya apagada
Marcos Paulo empezó a acaparar las miradas cuando era titular en el Fluminense con 17 años. Las expectativas en el brasileño eran tan altas que su equipo llegó a ponerle una cláusula de 45 millones de euros. Sin embargo, el Atlético estuvo rápido y terminó llevándose al jugador como agente libre tras terminar su contrato en Brasil.
El jugador tuvo problemas con su entrenador durante la cesión en el Famaliçao, donde terminó en el filial. Ya en España, jugó a préstamo en el Mirandés, donde parecía que empezaba a destacar, pero terminó estrellándose. Ahora, mientras se recupera, Gil Marín deberá tomar una decisión con el futuro de Marcos Paulo.